Lo que su época de juventud no le brindó, el cariño hacia su hija le despertó: el manejo y gusto por las redes sociales. Con 66 años de edad, Diana Loor se puede considerar una experta en la administración de YouTube, Instagram, Twitter, Tik Tok y de otras redes sociales, demostrando a las personas de su edad, que desconocen y evitan casi siempre el uso de estas plataformas, que por amor todo se puede y se disfruta.

“No solo apoyo el trabajo de mi hija como Youtuber, yo misma le tomo las fotos y le hago videos para que sus seguidores aumenten”, le narra a EXPRESO Diana, mientras demuestra con naturalidad desde la comodidad de su hogar, cómo a diario navega en esas plataformas digitales para mantenerse informada, actualizada y así aportar a la carrera de su hija.

Ella es la madre de la reconocida influencer de Exponiendo Infieles versión Ecuador, Arleth Pérez, de 25 años de edad, cuyos videos le suman en YouTube más 100.000 suscriptores y en Instagram cerca de 85.000 seguidores.

“Mi mamá me ayuda a escoger la ropa para los videos y tiene buen gusto. Siempre me ha apoyado, desde más pequeña cuando yo veía un casting, mi mami decía: ¡Yo te llevo! Ella siempre ha sido la más emocionada en conseguirme el outfit, el mejor vestido. De ella tengo la opinión más importante de mi carrera, es mi mejor amiga”, cuenta Arleth, mientras abraza entre sonrisas a su mamá y le muestra a este medio el día a día de ambas y la importancia de su madre en su cotidianidad.

Diana cuenta que jamás pensó en imponer una de las tradicionales profesionales en los sueños de su hija quien, desde pequeña, menciona, era bastante curiosa e intrépida y le llamaba la atención las cámaras, los flashes, el modelaje, la actuación y la música.

“Siempre supe lo que quería y lo que le gustaba. Entonces la apoyé en ello en todo momento. Quiso estudiar teatro, la inscribimos en teatro. Quiso estudiar periodismo, le dimos esa oportunidad. Estuvo en el colegio de Bellas Artes y aprendió a cantar. La apoyo en cada proyecto, en cada idea. Mi hija es una cajita de sorpresas”, lo dice Diana y se prende una carcajada entre ambas.

Aunque reconoce que al inicio le dio miedo, porque Arleth empezó a involucrarse en las redes sociales muy temprano y a animar conciertos sin cobrar ni un centavo, Diana nunca frenó a su hija, solo le ayudó a encaminarse mejor. “Me enojaba a veces porque se iba a Cuenca, a Machala a animar conciertos sola y gratis… Ahora que ya es conocida le digo que no deje de lado la humildad. Que siempre se tome la foto con sus fanáticos que la reconocen en la calle, porque a ellos se debe su popularidad”.

Diana quiere ser un ejemplo y guía para las nuevas mamás, cuyos hijos pequeños estarán a futuro más propensos a enamorarse de las profesiones vinculadas a las redes sociales y nuevas tecnologías, como las de ser influencer o Youtuber.

“Las madres tienen que tener confianza en los hijos. Si les ven el gusto que tienen por algo, tienen que hacer lo que yo he hecho, apoyar, porque no se trata solo de ganar dinero, sino de que los hijos hagan lo que les guste y sean felices”, destaca.

El respaldo de Diana a Arleth ha sido tal, que esta última ha podido, desde al menos hace cinco años, tomar las redes sociales como su herramienta principal de trabajo y vivir de sus videos y demás contenidos en YouTube.

Tanto así que ha podido reinvertir el dinero ganado, abrir su propia academia de maquillaje y una tienda de accesorios y convertir a su fanática número uno, su madre, en su socia principal.

Hace cuatro años, tras el éxito de YouTube, la joven creó una página en Instagram y junto a Diana trazaron la idea de abrir el local. “Mi mamá me dijo, vendamos lo que te gusta: el maquillaje y los accesorios”, cuenta Arleth.

“Yo me encargo del negocio y así la sigo apoyando, mientras ella continúa con sus producciones, tal como le gusta”, acota Diana y abraza una vez más a su hija Youtuber.