Sin luz no hubo agua
El amanecer del pasado lunes fue caótico para las familias que habitan en el sector de La Puntilla. La Corporación Nacional de Electricidad (Cenel EP) había comunicado que debido a la instalación de una nueva línea en la vía a Samborondón se procedería a desconectar del servicio de provisión de energía eléctrica a decenas de urbanizaciones y también a colegios, centros comerciales, edificios de oficinas, e incluso a la clínica y a una iglesia de la zona, desde las 02h00 hasta las 05h00 del 10 de diciembre. Pero el horario no se cumplió.
El servicio se fue restableciendo poco a poco y por etapas a partir de las 06h45, hasta llegar a las ciudadelas ubicadas en los primeros kilómetros de la vía, que volvieron a tener luz recién a las 07h15, dos horas después de lo planificado. La rutina familiar propia de un inicio de semana se vio alterada. La mayor contrariedad se debió a la falta de agua en muchas viviendas, pues al no haber electricidad dejaron de funcionar las bombas, quedando inhabilitados baños y duchas (imposible no pensar en la población de Durán). Los desayunos se prepararon a la luz de los celulares y muchos estudiantes estuvieron a punto de perder el transporte escolar. Hubo también mayor congestionamiento vehicular por los atrasos generados.
Pareciera que la inestabilidad en la prestación de los servicios básicos se está cotidianizando y generalizando. En la vía a Samborondón, principalmente, los cortes de luz -a cualquier hora- son habituales, se dan sin aviso, y nadie responde por los electrodomésticos que se dañan debido a variaciones de voltaje o a la fuerza con la que regresa la energía eléctrica tras una suspensión. En la vía a la Costa el problema es con el agua, con cortes que sí son programados pero cada vez más frecuentes y prolongados.
La ciudadanía paga por servicios básicos con muchas deficiencias y aquello se extiende a la atención al cliente por parte de las empresas proveedoras. Brindar un servicio óptimo es su responsabilidad y cometido. Por ello tienen que resolver con urgencia los problemas existentes con soluciones definitivas, impostergables y oportunamente difundidas. Las autoridades deben supervisar que así sea. Que los candidatos para las próximas elecciones seccionales lo tengan muy presente.