El atacante amarillo Jonatan Álvez (9) sigue marcando goles claves para su club en esta temporada.

Este ‘loco’ se puso la mochila

950 mil dólares se embolsaría Barcelona si logra clasificar a la siguiente ronda de la Copa Libertadores de América.

En 90 minutos con un trámite muy ajustado, Barcelona se quedó con el partido de ida, gracias al agónico gol de Jonatan ‘Loco’ Álvez, por lo que deberá sacar, por lo menos, un empate en Brasil contra un Palmeiras que controló el juego, pero la fortuna se vistió de amarillo.

Barcelona iba tras su revancha. La primera etapa del campeonato nacional quedó en manos de otro club y solo quedaba la carta de la Copa Libertadores. Lo cierto es que era un desafío de mucha dificultad.

Palmeiras se planteó en el Monumental y neutralizó todos los puntos de gestación de los toreros. Acumuló gente en la mitad de la cancha para que Damián Díaz y Jonatan Álvez no se encuentren y manejó los desbordes de los laterales canarios con un doble marcaje.

El Ídolo tuvo la pelota en muchos pasajes del encuentro, pero a la hora de elaborar fútbol se le complicaba muchísimo. Cedía metros hasta fuera del área, pero allí Barcelona no tenía recursos. Se veían muchas camisetas verdes y pocas amarillas.

Zé Roberto, quien durante la Copa ha jugado de lateral por zurda, fue el enganche del ‘Verdao’ y cuando se animaba era un dolor de cabeza. No necesitaba correr, trasladaba con inteligencia y con poco metía miedo a la zaga amarilla.

Se prestaban la pelota. El local intentaba encimar y forzar profundidad, pero cuando los laterales ganaban nunca llegó un centro a destino de algún jugador amarillo. Álvez y Díaz forzaban el error en salida de los zagueros brasileños. Sin embargo, cuando recuperaban estaban muy solos. Barcelona era muy meticuloso a la hora de sumar jugadores a la ofensiva.

Pero si el Ídolo carecía de profundidad, los brasileños tampoco deslumbraban con oportunidades de anotar. Salían con mayor rapidez gracias a la velocidad de Dudu, pero el goleador, el colombiano Miguel Ángel Borja, tuvo un rendimiento muy bajo.

La única ocasión clara del cotejo se fecundó con una carrera olímpica de Dudu que asistió a Willian, pero el grito de gol se ahogó por una estirada in extremis de Máximo Banguera.

El segundo tiempo fue más de lo mismo. Palmeiras cedía la pelota a Barcelona, lo dejaba avanzar metros y después la muralla verde era infranqueable.

El ingreso de Washington Vera y el tenue atrevimiento ofensivo de los visitantes hicieron que Barcelona tenga más profundidad, pero cuando se buscaba alguna cabeza o pierna en el área, siempre aparecía alguien del Palmeiras.

Los minutos transcurrían, la gente seguía cantando, pero el gol seguía ausente en el estadio Monumental. Eso sí, daba la sensación de que el gas se le terminaba a los brasileños y que en los últimos 15 minutos podía aparecer la ansiada anotación.

Quien estuvo en alza en el segundo tiempo fue Álvez. Tuvo un primer episodio errático, pero en el complemento tuvo mayor movilidad y dinámica. Muchas veces era él quien desbordaba y buscaba al ‘9’, aunque no podía hacerlo todo.

Pero de tanto insistir, el ‘Loco’ torero sacó un conejo del sombrero. Un tiro débil, sin mayor historia, dejó mal parado a Prass, que vio cómo el balón entró por la esquina inferior izquierda.

Barcelona cumplió con la regla de oro: que no le marquen un tanto en casa, y aunque la ventaja parezca mínima es un triunfo que devuelve esperanzas. En Brasil el 9 de agosto sellarán la serie.