Li Hua después de 28 años pudo lenvantar su cabeza y erguir su cuerpo.

El ‘hombre plegable’ finalmente puede mantenerse erguido gracias a una milagrosa cirugia

Li Hua después de 28 años pudo lenvantar su cabeza y erguir su cuerpo.

Li Hua, de 46 años, era conocido en su pueblo, Hunan (China), como el ‘hombre plegable’, después que una agresiva artritis llamada espodilitis obligara que, de forma progresiva, su rostro se fuera pegando contra sus muslos.

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Hace 28 años, el hombre comenzó a mostrar los primeros signos de una enfermedad que lo haría sufrir fuertes dolores en las articulaciones que, con el tiempo, fue jorobándolo.

La severa deformidad lo fue incapacitando, ya no podía moverse por sí mismo y tampoco podía alimentarse sin que alguien lo ayudara. Su anciana madre era quien se encargaba de sus cuidados. En los últimos cinco años su condición empeoró dejando solo un espacio de 5 centímetros entre su barbilla y los muslos.

La familia de Hua pidió ayuda, pero no tenía el dinero para cubrir los gastos de la cirugía que el paciente necesitaba. Para sumarle más a los problemas de Li, los médicos se negaban a operarlo porque la intervención era de alto riesgo y podía morir.

Sin embargo, en 2019, el profesor y director del departamento de cirugía de columna y ortopedia en el Hospital General de la Universidad de Shenzhen, Tao Huiren, se ofreció a operarlo. El especialista aceptó hacerlo a pesar del riesgo que implicaba y con la posibilidad de que se vuelva parapléjico.

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Huiren había tratado con casos similares, pero no con la complejidad que tenía la condición de Li. “Es el equivalente quirúrgico que representa escalar el Monte Everest”, comentó el cirujano ante los medios chinos.

La cirugía constó de cuatro etapas, los médicos rompieron y reconstruyeron la columna vertebral de Li, después la enderezaron. Aunque existía una gran amenaza para la vida del paciente si no se aliviaba la presión sobre su corazón y pulmones, la intervención fue un éxito total. Dos décadas después Li por fin pudo erguir su cuerpo y levantar su cabeza. “Él (Huiren) es mi salvador, y mi gratitud hacia él solo es superada por mi madre”, comentó el paciente para Asia Wire.