Polémica. Una mujer (I) se baña con burkini, en una playa tunecina.

El ‘burkini’ reabre el debate en Europa

La reciente prohibición del burkini en las localidades francesas de Cannes y Sisco ha reabierto en Europa el debate sobre el uso del velo en el espacio público.

La reciente prohibición del burkini en las localidades francesas de Cannes y Sisco ha reabierto en Europa el debate sobre el uso del velo en el espacio público.

El uso de esa prenda de baño de manga larga que cubre desde la cabeza hasta los tobillos -pero no el rostro- ha llegado incluso a los tribunales en algunos países, como Alemania e Italia. En España, donde la prenda ya se ha podido ver en algunas playas, no se ha regulado al respecto. En su día, varios municipios legislaron sobre el uso del burka en espacios públicos.

Al menos 30 municipios catalanes votaron desde 2010 mociones contra el uso del burka en equipamientos públicos, aunque esa decisión fue cuestionada por el Tribunal Supremo al considerar que los ayuntamientos carecen de competencias para limitar el derecho a la libertad religiosa. No se planteó, sin embargo, el uso en la calle, en la playa o en las piscinas, como en otras localidades de la Unión Europea e incluso de Marruecos, donde en algunos clubes privados no se considera ropa de baño y, por tanto, se prohíbe la entrada en piscinas con este traje de baño.

Este fin de semana, los bañistas pudieron ver una mujer que vestía un burkini en la playa de la localidad barcelonesa de Montgat. “En España, el uso de esta prenda es excepcional y no existe ningún tipo de debate al respecto”, asegura Gloria García Romeral, socióloga y experta en diversidad religiosa e investigadora en religión en la Univesidad Autónoma de Barcelona. García Romeral entiende que no existe ningún tipo de normativa en todo el Estado que pueda prohibir esta prenda en España y asegura que “con toda probabilidad las bañistas de Montgat sean turistas”.

La polémica que alumbró la nueva y restrictiva normativa arrancó con una foto que se propagó por las redes sociales en la que se podía ver a una mujer musulmana, completamente vestida y portando hiyab, dándose un baño junto a sus hijos. En Bilbao la normativa es similar y en las piscinas tampoco se puede bañar con ropa. En San Sebastián el burkini sí está autorizado en las playas.

Ningún país de Europa ha regulado legalmente el uso del burkini, pero algunas escuelas o piscinas privadas sí han adoptado decisiones después de la controversia por su uso. Noruega adoptó la postura favorable al bañador islámico. La Administración de Oslo declaró en 2009 que las mujeres podían ir a las piscinas municipales con burkini porque era importante que quien viva en la ciudad pueda usar estos centros. La regulación de la capital solo dice que para entrar al agua se debe llevar ropa limpia y diseñada para bañarse.

La alcaldía de Sisco anunció el lunes que prohíbe el uso del burkini en sus playas, al igual que ya hicieron Cannes y una localidad vecina de la Costa Azul. La decisión está motivada por unos violentos incidentes que durante el fin de semana enfrentaron a unas familias de origen magrebí y vecinos de la ciudad en una cala, dejando cinco heridos y se produce en plena conmoción del país tras los últimos atentados islamistas.