
Lourdes Tiban: “Solos, como izquierda, ya probamos”
Pachakutik se embarcó, el 6 de agosto, en un proceso electoral interno, para elegir a su precandidato presidencial, que dejó más dudas que certezas. De un padrón con más de 200.000 nombres, 5.206 adherentes sufragaron. De ellos, el 47 % apoyó a la legi
Lleva 26 años haciendo política activa y se nota: en broma o en serio responde, sin evasiones, cada pregunta aunque sus gestos delaten incomodidad. Lourdes Tibán no se siente ni “ilegítima” ni menos que ningún político del país. Está segura de que su precandidatura presidencial llega en el momento justo.
Hubo apenas 5.200 votantes en las primarias de Pachakutik. ¿Ese número le quita peso a su nominación?
Para nosotros es un éxito este proceso electoral interno. Habría que preguntar si estos cinco mil votantes tienen igual o más legitimidad que esos partidos en los que uno solo dice: ‘este no, este tampoco o este sí es el hombre ganador’. Incluso, si hubiesen sido mil los que iban a votar ya es un logro importante porque eso significa que no fueron cuatro iluminados quienes tomaron una decisión por todos.
En Guayas calificaron como una “vergüenza” a las elecciones por la poca convocatoria.
Estoy feliz de que haya sido una votación abierta. Nos ayuda a transparentar qué gente quiere representar a Pachakutik. En Guayas hay tres grupos detrás de la dirigencia. Uno piensa que tiene representatividad, pero resulta que no es así. El ejemplo más claro es que a Salvador Quishpe lo recibieron en Guayaquil no menos de 80 personas. Yo habría esperado que, al menos, tenga 50 votos pero no fue así. ¿Qué tipo de liderazgo tenemos en Guayaquil?
¿Hay división con la dirigencia de la Costa?
No veo división, solo quedó en evidencia en qué provincias los dirigentes no están pesando mucho porque no tienen poder de convocatoria. Si no pasaba esto, seguíamos con los ideales y las ofertas de un millón y medio de votantes en la Costa o los 56.000 adherentes en Guayaquil. Ahora tenemos un mapa político definido de Pachakutik y sabemos en dónde tenemos que intensificar el trabajo.
¿No hay espacio para la autocrítica? ¿No hubo errores?
Sí hay. El tema del padrón hay que corregir, hemos pedido que se refresque la lista de adherentes. Son cinco años de lo que recogimos esas firmas, algunos de quienes nos apoyaron ahora están en otros movimientos políticos. Incluso constaban personas que han muerto. Ahí hay una corresponsabilidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) que debe notificar, a diario, las personas que han fallecido. Con tanta tecnología no puede ser que no puedan cruzar información con el Registro Civil.
Ahora le toca enfrentar el proceso electoral ¿irán solos o en alianzas políticas?
Viene lo más difícil. Mi precandidatura será presentada al Acuerdo Nacional por el Cambio (centro- izquierda). Pero hay que tomar en cuenta que en junio Pachakutik ya dijo que hay que abrir el espacio de diálogo con todos, no nos podemos quedar solo con la izquierda. Aquí hay voces muy diversas: unos dicen que hay que ir con todo el mundo, otros que toca aliarse hasta con el diablo con tal de ganar elecciones y también están quienes no se quieren abrir a nada. Eso es lo que habrá que definir en las próximas semanas.
¿Pero la precandidata qué dice? Su voz debe tener peso.
Al Acuerdo Nacional le dije que, sola como izquierda, ya probé en 2013 y que, por favor, hay que ampliar el diálogo. Los dejé medio sonámbulos. Hasta dónde se puede extender el diálogo, me preguntaron. Bueno, hay que establecer límites, pero es necesario conversar con los demás. No por dialogar con otros significa que estamos dejando de lado nuestro proceso histórico de lucha, que nadie puede negar que es de izquierda. No necesito despojarme de lo que soy para hablar con los demás partidos.
¿Eso significa hablar con todos los sectores de centro y derecha?
Hemos roto el tabú y conversamos con Avanza, también hubo acercamientos con SUMA y discutimos varios temas con La Concertación (los tres forman parte de La Unidad junto al Partido Social Cristiano). Seguro nos vamos a reunir con más agrupaciones políticas en estos días. Insisto: esto no significa que nos vamos a despojar de nuestra identidad y a entregarnos en bandeja de plata como ocurrió en el pasado, con los resultados que ya se conocen.
¿Otras agrupaciones como CREO, de Guillermo Lasso, también están en su lista?
Pachakutik no se va a perder en el camino. Estamos apostando por una unidad con la posibilidad de proponer candidatos con base en perfiles, encuestas y liderazgos. Lasso es inamovible en su partido. Con él es: ‘los invito pero yo soy el candidato’ y así no se puede. ¿Quién lo eligió?
¿Cree que su candidatura es más legítima que la de Lasso?
En Pachakutik venimos despacio. Con problemas sí, pero con una tremenda certeza de que hay representatividad. Prueba de ello es que hay una precandidata que ha ganado una elección provincial y nacional para llegar a la Asamblea. El candidato a presidente debería haber ganado, por lo menos, una concejalía una vez en su vida. De ahí, presentarse ante una unidad y decir: ‘este es mi cuerpo, este es mi pasado y mi transitar por la vida política’, ¡examínenlo!
Usted tiene una buena relación con Cynthia Viteri, la precandidata de La Unidad. ¿Se podría capitalizar en una alianza política?
El partido tendrá que analizar esa posibilidad. Pero más allá de eso, hay que romper esos estereotipos que manejan los que hacen marketing político que dicen que la mujer no vota por la mujer. Somos diferentes desde la forma de vivir hasta la de pensar. Cuando yo felicito a Cynthia por su candidatura y ella hace lo mismo conmigo, estamos dando un paso importante, independientemente de que logremos un acuerdo o no. Hay que conversar. En la Asamblea lo hemos hecho durante siete años.
¿Los ecuatorianos están listos para dar ese paso con una mujer indígena?
Hay que intentarlo y romper, de una vez por todas, ese prejuicio. Va a ser duro, es verdad. Veo en mis redes sociales que los ataques más duros, con una carga grave de racismo, vienen especialmente de los mestizos. Es el sistema educativo el que posiciona que el indio es bruto y sirve solo para el páramo. Pero cuando ven que el indio llega a ser precandidato, en este caso a la presidencia, sale a flote el estribillo: ‘¡Ah! felicidades Lourdes, pero el país todavía no está preparado’.
¿Cree que eso no es verdad?
Bueno, si alguien sabe la fecha en la cual el país va a estar preparado que me la diga. ¿Será que Bolivia estaba preparado para un presidente indígena? ¿Chile estaba listo para una mandataria mujer o Estados Unidos para un presidente negro? En Ecuador no veo que haya que esperar fechas, solo sé que alguien tiene que arrancar, cueste lo que cueste y ahí está Lourdes Tibán para asumir el reto y enfrentar lo que sea necesario.
¿Cómo va a resolver las distancias que se generaron en el interior de Pachakutik con las primarias?
No me voy a atolondrar ni a ser triunfalista por estos resultados que significan una gran responsabilidad. Voy a pedir a Marlon Santi (coordinador de Pachakutik) que haga una reunión con los cinco candidatos, para que analicemos los resultados y podamos seguir adelante como movimiento. De Cléver Jiménez y Carlos Pérez recibí cartas públicas de respaldo. El sábado de las primarias, en la noche, tenía listo un tuit de apoyo al triunfador en caso de no ser yo. No tenía sentido salir a decir necesito nuevas elecciones porque en mi tierra, Cotopaxi, salió solo el 12 % a votar. Eso era deslegitimar el esfuerzo que hizo el resto de adherentes.
Carlos Pérez tiene una posición más radical ¿Cómo convencerlo de abrirse al diálogo?
Se lo respeta. Todo el mundo tiene derecho a pensar desde sus concepciones. Carlos puede verse como un radical de izquierda. A Marcelino Chumpi, prefecto de Morona Santiago, como un radical de derecha (él conversa con La Unidad). Pero a ambos se los puede ver diciendo que hay que ampliar el diálogo. Lo que no vamos a permitir son candidaturas impuestas. Que no nos pase lo que con Lucio Gutiérrez: fuimos, nos embarcamos y, a medio camino, nos patearon. Eso ya no va con el movimiento.
Está a punto de presentar un libro ¿es autobiográfico? ¿qué quiere que la gente sepa de Lourdes Tibán?
Que la gente conozca a Lourdes Tibán. Estoy contando todo al desnudo, sin esconder nada. Mi proceso organizativo empezó cuando tenía 13 años. Aprendí Corte y Confección porque mi mamá no me pudo enviar a la escuela. A los 19 años entré a estudiar el bachillerato en el colegio a distancia Jatari Unancha donde, gracias a Dios, no fue mi profesor Rafael Correa. Él había pasado antes por ahí. Cuento que el 30 de septiembre de 2010, en mi familia tuvimos nuestro propio 30S, por eso a mí no me pueden llamar golpista. Quisiera que se convierta en una inspiración para las mujeres, para que se levanten y no se rindan, ante cualquier tropiezo.