
Las lluvias vuelven a danar las vias del pais
El alcalde de Píllaro, Patricio Sarabia, afirmó que cuando baje el caudal del río se analizará la construcción de dos puentes peatonales. El fin es dar facilidad a los agricultores para que saquen los productos de sus fincas, ya que los anteriores de m
Las lluvias siguen dejando su estela de daños en el país. Cuando se creía que la etapa invernal había cesado, nuevos aguaceros provocan daños en Zamora Chinchipe y en Tungurahua.
En Zamora Chinchipe, la red estatal que conecta con la provincia de Loja presenta inconvenientes debido a que las fuertes lluvias de los últimos días provocaron varios deslizamientos de tierra. Los sectores más afectados son La Saquea, que conduce al cantón Yantzaza, y San Francisco, que conecta con Loja.
Los conductores que van por estas vías dicen estar preocupados por la gran cantidad de rocas que caen de la montaña.
Ramiro Córdova, conductor, resaltó que es “una verdadera odisea” trasladarse de Loja a la Amazonía, porque deben estar atentos a los derrumbes que se producen en el sector de San Francisco, donde -asegura- se observa poca maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
“Hay que esperar hasta una hora y media para que despejen la tierra y lodo”, dice, al explicar que hace unos días perdió una carga de mariscos que debía entregar, por las altas temperaturas en la zona.
Sara Paladines, habitante del barrio Cartagena, agrega que además del material que tapona la carretera, se ha producido “un tremendo hoyo que cada día se está abriendo más” y que incluso esto ha afectado el servicio de agua potable desde el lunes en la tarde.
En tanto, en el barrio El Rosario, en Píllaro, provincia de Tungurahua, 13 familias quedaron incomunicadas cuando la fuerza del agua destruyó la principal vía y los puentes de madera que conectan a este lugar con el cantón Patate.
Martín Robayo asegura que es la primera ocasión que ve que el río Corazón se desborda. Él argumenta que “algún deslizamiento de la montaña”, en la parte alta de la cordillera del cerro Quinuales, causó un represamiento en el río y las fuertes lluvias ocurridas la madrugada del martes originaron su desbordamiento.
El pánico se apoderó de las familias que imaginaron que sus casas iban a ser arrastradas por la corriente. “El río salió de su cauce y se llevó árboles, piedras y material pétreo. Tuvimos que salir de allí”, afirma Raúl Ortiz, poblador de la zona.
Patricio Sarabia, alcalde de Píllaro, se trasladó al lugar, recorrió la zona afectada y dispuso que las maquinarias pesadas draguen el río para volverlo a su cauce.