
Llego la convivencia
Juan Carlos y elizabeth tienen cinco meses de casados y actualmente están recibiendo consejería matrimonial, pues pequeños problemas como ronquidos, dejar la ropa sucia en cualquier lugar (no en la cesta respectiva), comer en la cama, no bajar la tapa del urinario, no ser puntual al recogerla, etc., han empezado a friccionar la relación y lo que se pensó que iba a ser una luna de miel eterna, se ha convertido en una fuerte y dura prueba.
“Es que lastimosamente se da más prioridad al spa y al gabinete, que a la parte psicológica, cuando en realidad es importante que la futura esposa se dé cuenta de que la relación humana es bastante complicada. Por eso es necesario que se prepare, que sepa que se presentarán conflictos (por la proximidad o cercanía existente), pero que estos son parte natural de la relación, que es cuestión de adaptación, que se los enfoque de manera constructiva, que no lo tome como algo en contra, sino como oportunidad para el crecimiento como pareja, familia y proyecto de vida”, explica la psicóloga clínica Karina Vallejo, quien indica que hechos insignificantes como estos pueden generar separaciones. Esto ocurre cuando la pareja no es madura, no dialoga, cuando los conflictos van en escalada y no son resueltos. “Si no se pueden solucionar estos problemas pequeños, ¿cómo podrán hacerlo con cosas más grandes o fuertes como una crisis económica, la crianza de los hijos, etc.?”, señala Vallejo.
Objetivos y acuerdos
La convivencia en el matrimonio debe enfocarse en el propósito por el cual se está uniendo a alguien de por vida, manifiesta Verónica de Molina, licenciada en consejería familiar, quien considera que es algo que se conversa poco. “La decisión de casarse se toma porque yo te amo y tú me amas y listo, pero debe de ir más allá. Este fin debe ser conversado con su pareja, analizado y establecido en común acuerdo. Plantearse preguntas como: ¿me caso porque yo quiero ser feliz o porque quiero hacer feliz a mi pareja? Partiendo de esa realidad, buscaré hacer la convivencia más armónica. No es el hecho de buscar hacer las cosas a mi manera, sino intentar llegar a acuerdos (es válido negociar y ceder es la clave), en los que los dos puedan encontrar un punto medio que se acomode a las necesidades de cada uno”, menciona la experta.
Mi mejor ‘yo’
Eso es lo que solemos mostrar en el tiempo de enamorados, subraya la consejera familiar, quien opina que solo alguien maduro y transparente puede decirle al otro todos los malos hábitos que puede tener. “Se puede ser sincero con cosas obvias, pero solo en el cotidiano vivir es que irán saliendo cosas que para ti pueden ser sin importancia, pero para tu pareja son completamente desagradables”.
Del ‘yo’ al ‘nosotros’
Cuando uno se casa ya no puede tener deseos o motivaciones individualistas. Pero que eso no signifique que quiera hacer de mi pareja un robot o viceversa, es decir que él haga lo que yo quiera, pues hay costumbres y formas de ser que nos hacen individuos autónomos, que entran en una relación de vida, menciona Vallejo.
El amor por el otro
El matrimonio requiere de paciencia, respeto, confianza, pero sobre todo amor, el cual me llevará a ser prudente y sabia. Por lo tanto, no desacreditaré a mi pareja contando intimidades. Si quiere desahogarse, busque a una persona emocionalmente madura, puntualiza la consejera familiar.
Prepare su cuerpo
Para la doctora Maritza Terreros, ginecóloga, la visita al especialista en esta rama de la salud es fundamental, pues la novia debe de tener en cuenta los siguientes puntos antes de empezar una nueva etapa de su vida:
1. Realizarse un examen ginecológico pertinente, para despejar todo tipo de dudas e inquietudes.
2. Hacerse exámenes de laboratorio, si es necesario, según el caso de la paciente: hemograma, VDRL, herpes, clamydia, VIH.
3. Orientación acerca de la higiene íntima, la necesidad de la toma de muestra de citología cervical o test PAP (debe ser anual, después de 12 meses de haber iniciado su vida sexual).
4. Orientación en la planificación familiar, con el fin de determinar en qué momento desea embarazarse, cuántos hijos quiere tener en el futuro y también para que reciba la guía sobre los métodos anticonceptivos que ella decida utilizar.
5. Que reciba orientación en cuanto a su estado nutricional (para la futura maternidad).
6. Y algo indispensable: que se informe sobre la importancia de la consulta preconcepcional.
Tips
- Antes de pensar en usted, piense en su pareja. Recuerde que es la persona a quien ama y con la que quiere formar una familia.
- El diálogo siempre debe ser el primer recurso que ambos utilicen en la relación. Ayudará para el desahogo emocional. Hágalo con sinceridad y respeto hacia la otra persona. Tenga cuidado con lo que dice, pues por sus palabras se pueden provocar distanciamientos emocionales, resentimientos, etc., que podrían resultar insuperables.
- No hable mal de su pareja, ni hable de sus problemas con gente que no es madura emocionalmente. La prudencia es muy importante. Si no han resuelto sus inconvenientes, busque ayuda profesional, con un orientador o terapeuta familiar.
- No quiera cambiar los hábitos de su pareja y menos de un momento a otro. Recuerde que usted también tiene los suyos.
- No caiga en el ‘así me conociste’. Habrá momentos en los que nego-ciar, ceder e incluso callar será la me-jor salida, la más sana para ambos.
- Puede preguntar a sus amigas o familiares casadas cómo es la experiencia del matrimonio, pero no olvide que cada una vive la propia. No hay recetas exactas en los problemas matrimoniales.