
El limbo de la precampana
Babahoyo. 5 de enero de 2016: El presidente Rafael Correa, en la inauguración de un plan habitacional, pidió “votar con más convicción por la revolución ciudadana”. 10 de marzo
Babahoyo. 5 de enero de 2016: El presidente Rafael Correa, en la inauguración de un plan habitacional, pidió “votar con más convicción por la revolución ciudadana”. 10 de marzo: Lenin Hurtado, precandidato presidencial por Unidad Popular, recorre una zona céntrica de Latacunga. 16 de marzo: Dalo Bucaram, precandidato presidencial por Fuerza Ecuador, recorre Portoviejo. 13 de abril: Guillermo Lasso, precandidato presidencial por CREO, dijo en rueda de prensa que la salida al bajón económico requiere de “un cambio en 2017”.
¿La campaña electoral ya empezó? Oficialmente, no. Pero a decir de las declaraciones y recorridos de los precandidatos, es posible pensar que sí.
Entonces, ¿estamos hablando de campaña anticipada? El Código de la Democracia no precisa lo que es precampaña o campaña anticipada. Es decir, qué actividades políticas o declaraciones pueden y no pueden hacer los precandidatos o funcionarios públicos en la etapa previa a la campaña.
El director del Consejo Nacional Electoral en Guayas, Roberto Ronquillo, reconoce que existe una delgada línea entre lo que es precampaña y campaña electoral. La frontera entre la primera y la segunda se cruza cuando el precandidato o algún funcionario pide directamente el voto al ciudadano o a través de propaganda en los medios de comunicación, precisa el director.
El artículo 9 del reglamento para el Control del Financiamiento, Propaganda y Gasto Electoral da ciertas luces, habla de publicidad y propaganda que se realice previo al inicio de la campaña, que promocione de manera directa a una persona como posible candidato a una dignidad de elección popular, siempre que sea inscrita y calificada como tal. No dice nada sobre el medio de difusión o inducir al voto.
El precandidato Bucaram niega que esté en campaña o precampaña. Los recorridos por varias provincias y el diálogo con los ciudadanos (previo al terremoto), dice, son parte del quehacer de una organización política y, dentro de ese marco, ha recogido las opiniones de los votantes para poder construir su plan de gobierno.
Con él coincide el también precandidato Hurtado. Él ha caminado y conversado con la militancia y la ciudadanía para involucrarlos en las actividades del movimiento. “Además, estamos convocando a la unidad de la tendencia para obtener un candidato. Así que no se puede establecer que es precampaña”.
Carlos Mera también se desmarca de la campaña anticipada. Él es un dirigente del gremio de los taxis de El Oro y busca una curul legislativa por la provincia. Dice que ha conversado con la dirigencia amarilla que eventualmente apoyaría su candidatura, lo cual no considera un adelanto de su campaña. Tampoco lo es, dice, los stickers con su nombre y la frase “rumbo al 2017” que recorren Machala en los parabrisas o ventanas traseras de algunos taxis. “Es una frase genérica que dice mucho, pero no involucra la parte legal para no ser sujeto a sanciones. Por ese lado estoy tranquilo”, señala.
Los recorridos en provincias del precandidato Lasso son constantes, lo que podría interpretarse como precampaña, pero no lo es, precisa César Monge, presidente de la organización política. Sus actividades, puntualiza, se enmarcan en las de una organización: carnetización, visitar a las estructuras, capacitación, la transmisión de la ideología y posesión de directivas.
Bucaram y Hurtado creen que la ley debería ser más específica en definir lo que es campaña anticipada, cuándo empieza, cuándo termina y otros detalles. Monge y Mera opinan que la norma es clara.
Frente a esta incertidumbre legal, la única certeza es que la campaña anticipada es una infracción electoral, de acuerdo al Código de la Democracia. Cualquier promoción previa de un precandidato será imputada al gasto electoral.