Son las 08:00 y el sol castiga con fuerza a los guayaquileños. Poco a poco los jugadores de Barcelona van llegando a la cancha anexa del estadio Monumental para iniciar una nueva jornada de prácticas. Las bromas, risas y abrazos están a la orden del día. Es el producto de la buena racha del Ídolo, es el beneficio adicional que implica ser puntero.

La temporada anterior, a la altura de la cuarta fecha de la primera etapa, los amarillos apenas sumaban cinco puntos, producto de una victoria, dos empates y una derrota. Entonces el panorama era diferente.

Las críticas acorralaban al entrenador Rubén Israel, los dirigentes y los jugadores evadían el diálogo con los periodistas, mientras en el ambiente comenzaban a ganar fuerza los rumores de un supuesto malestar dentro del plantel por el incumplimiento en el pago de sus sueldos.

Hoy el club no está viviendo una bonanza económica. El presidente José Francisco Cevallos admite que las deudas crecen diariamente -ya habrían superado los 20’000.000 de dólares-, pero en el ambiente se percibe tranquilidad.

Mientras el técnico Guillermo Almada termina su sesión diaria de trotes alrededor de la cancha, los jugadores bajan de la zona de concentración. Algunos juveniles lo hacen resbalándose por los pasamanos de una escalera. Mario Pineida abraza al brasileño Gabriel Marques y Máximo Banguera bromea con Segundo Castillo. Jonatan Álvez luce feliz, parecería que se siente como en casa, que lleva años en el grupo, aunque apenas tiene dos semanas en filas toreras.

Algunos dirigentes llegan al lugar y observan a prudente distancia, ellos entienden que los auténticos protagonistas son los jugadores. El capitán Matías Oyola realiza ejercicios diferenciados, como parte final de su recuperación. En el 2013, el centrocampista argentino lanzó una crítica que estremeció los cimientos de la institución: “El año anterior (2012), cuando ganamos la 14, ni se podía caminar en el camerino, por la gran cantidad de dirigentes que había en el lugar, hoy nos dejaron solos”.

Eso forma parte del pasado. Sin restarle importancia a los miembros de la directiva, en la actualidad solo se escuchan tres voces: José Francisco Cevallos (presidente), Carlos Alfaro Moreno (vicepresidente deportivo) y Alfredo Cuencas (vicepresidente financiero).

Este es el nuevo Barcelona, el que en medio de una severa crisis financiera intenta desarrollarse en calma. Los resultados están llegando, por ahora la tarea es factible. MGD