Libertad, prensa y democracia
Nadie discute que la libertad y la democracia son anteriores a la prensa. Pero desde que esta surgió, como un poderoso instrumento y medio de información y comunicación, aquellas tienen un importante vehículo de fortalecimiento, expansión y posicionamiento. Por eso se dice que sin prensa libre la democracia y la libertad se debilitan. Incluso, por la vía de la prensa, como instrumento de comunicación y expresión, de pensar y escribir, de opinar, analizar y criticar aquellas, todos los regímenes republicanos del mundo se han consolidado. Por esto en 1993 la ONU declaró al 3 de mayo como el Día Internacional de la Libertad de Prensa.
Cuando se publicó el primer periódico del mundo, en Estrasburgo (Alemania), el Strassburger Relation, en 1605, su fundador, el joven Johann Carolus, jamás pensó que había creado un importante instrumento para la libertad, la democracia y la ciudadanía.
La celebración de ayer es significativa porque se da en tiempos del tránsito del periódico impreso al digital. Sin embargo, la libertad de prensa sigue asediada, acosada, amenazada y perseguida por dictadores, políticos y líderes que no comprenden aún cuan imprescindible es su existencia para que se dé efectivamente un régimen de democracia, libertad y plena ciudadanía. Por eso, con razón, y anticipándose a las posibles incomprensiones de políticos respecto a la libertad de prensa en países donde hay dictadura, tiranos y aprendices de ellos, Simón Bolívar expresó, en febrero de 1819, que: “El derecho de expresar sus pensamientos y opiniones de palabra, por escrito, o de cualquier otro modo, es el primero y más inestimable don de la naturaleza. Ni aun la ley misma podrá jamás prohibirlo, y solo podrá señalarle justos términos, haciendo responsable de sus palabras y escritos...”.
Pero también la libertad de prensa y el periodismo se ven amenazados por todas las formas de totalitarismos y despotismos gubernamentales. De ahí la expresión que como sentencia y llamado al exterminio de estas hizo Ernesto ‘Che’ Guevara cuando dijo: “Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa”.
Hoy más que nunca, la plena vigencia de la libertad de prensa garantiza y señala si una sociedad y un gobierno son o no son democráticos, y si hay o no hay libertad ciudadana.