Grito. Manifestación contra la violencia de género, ayer en Estambul, Turquía, uno de los países donde las mujeres elevaron en esta fecha su voz.

El legado a la mujer de las hermanas Mirabal

Los movimientos feministas de la región acuñaron esa fecha en honor a las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras.<

Desde 1981, Latinoamérica conmemora cada 25 de noviembre el día contra la violencia de género. Los movimientos feministas de la región acuñaron esa fecha en honor a las dominicanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, tres hermanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras. Años más tarde, en 1999, la ONU se sumó a la jornada reivindicativa y declaró cada 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en honor a las hermanas Mirabal.

“Cuando asesinaron a mi madre yo tenía cuatro años. Y también me asesinaron la posibilidad de conocerla”, cuenta Minou Tavárez Mirabal, la hija de Minerva, la más activa de las tres hermanas contra el dictador. “Me he tenido que conformar con los recuerdos de otros y tal vez alguna pequeña cosa que yo creo que recuerdo: mi madre poniéndose una especie de traje militar, con una boina... el día que a ella se la llevaron presa, que yo me aferré a su pierna y ella se molestó conmigo porque me eché a llorar... Yo creo que no quería verse débil frente a quienes se la llevaron”, evoca Tavárez Mirabal.

Ayer se cumplieron 56 años de la muerte de Minerva, Patria y María Teresa. Sus cuerpos fueron hallados destrozados en un jeep hundido en un barranco, en Salcedo, al noreste del país. Asesinadas a golpes por un escuadrón enviado por el dictador, las metieron dentro del vehículo para simular un accidente. Pero nunca hubo duda de que se trataba de un crimen. Y el asesinato de “las mariposas”, como eran conocidas, fue uno de los detonantes de la caída de Trujillo.

“Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, dijo en más de una ocasión Minerva Mirabal, cuando ya se sabía amenazada. Años más tarde las hermanas, nacidas en una familia acomodada de comerciantes, con carreras universitarias, casadas y con hijos, se convirtieron en un símbolo de la lucha contra la violencia de género. La trata, la violencia sexual, económica, psicológica, el acoso, la mutilación genital... son graves violaciones de los derechos humanos que afectan al 70 % de las mujeres de todo el mundo.

El maltrato se produce “además, con mayor frecuencia, en los espacios donde deben estar más protegidas, sus hogares, su entorno”, expone Minou Tavárez Mirabal, profesora universitaria y fundadora del partido Opción Democrática. Lamenta que esta lacra aún sigue siendo un gravísimo problema en República Dominicana (donde se producen unos 200 asesinatos de mujeres por razón de género al año) y en toda la región (donde se registra una media de 12 al día).

Su madre, Minerva, que junto a su esposo, Manuel Tavárez (más tarde también asesinado), lideraba el Movimiento Patriótico 14 de Junio, ya había pasado por la cárcel por su oposición a Trujillo. También sus hermanas Patria y María Teresa. “Fue un crimen de carácter político. Él se sentía impotente, así que las mató”, apunta.

Muchos cuentan que, además, Trujillo tenía marcada a Minerva, a quien había intentado seducir sin éxito una década antes. Se habla de que le dio un bofetón en un baile, organizado solo para que Trujillo pudiese bailar con ella. Fue directamente conminada a asistir con amenazas a la familia.

“Trujillo había intentado poseerla... y ella se permitió el ‘atrevimiento’ de rechazarlo. Y le rechazó también de manera política. Y Trujillo lo sintió. Se cuenta que tras el bofetón, ella le dijo que no le gustaba su gobierno”, afirma Minou.

“Me siento orgullosa de que la fecha sirva para llevar adelante una campaña indispensable”, apunta. Pero, advierte, no es suficiente. “El tema se ha introducido en los discursos como lo políticamente correcto, pero los mismos actores que pronuncian discursos contra la violencia de género no tienen compromiso. Solo un día no sirve. Tienen que ser todos”.