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Las lecciones de estos dias

Queda claro que desórdenes como los sufridos por el Ecuador en la semana que acaba de terminar no tienen precedente en la reciente historia nacional. Dado que sucesos de la gravedad anotada no pueden improvisarse y requieren contar con todo tipo de recursos, queda claro también que obedecen a una muy bien elaborada planificación que pareciera haber contado con la asesoría y el financiamiento de una alianza político delicuencial que incluye a los narcotraficantes y a los contrabandistas de combustibles.

Esa sospecha debe ser investigada a fondo de modo que sea posible determinar responsabilidades. Hay que dilucidar si se trata de ingenuidad o complicidad por parte de los convocantes a la protesta que ha dado lugar a los desmanes. Ojalá los organismos destinados a realizar labores de inteligencia recuperen debidamente su accionar que de momento, está fallando ostensiblemente. En cualquier caso, es imperativo sancionar debidamente a los responsables de lo ocurrido si se quiere lograr que no vuelva a repetirse.

En efecto, el costo económico, político y sobre todo el generado por la pérdida de la imagen nacional de un país de paz demandará grandes esfuerzos que agravaran la crisis que se sufre.

Por todo ello, es imperativo recuperar la paz y reinstalar el diálogo.