“Con la violencia no se gana nada”
Hay que evitar las peleas dentro del hogar. En algunas ocasiones hay diferencias, propias de la convivencia dentro de la familia. Pero estas no deben llevar nunca a la agresión física o verbal. Esto deja muchas veces marcada la vida de los hijos, que miran con tristeza y angustia los daños cometidos, producto de la falta de control en el carácter y en la paciencia de sus padres. Rezar en familia, sobre todo la oración conjunta entre los esposos, ayuda mucho a que el hogar se desenvuelva con armonía, y fortalece los lazos que logran que los hijos crezcan con más serenidad y paz en sus corazones. No se gana nada con la violencia; esta siembra resentimiento, frustración e inseguridad.
Mario Monteverde Rodríguez