Reunión. Los padres de los niños abusados comparten su tiempo entre la casa, colegio, trabajo y Fiscalía.

“Cada vez que cierro los ojos imagino lo que le hicieron”

En casa de los niños abusados las consecuencias empiezan a sentirse. Unos no quieren ir a la escuela, mientras sus padres temen perder sus trabajos.

Sus ojos se humedecen y con voz entrecortada exclama. “¡Han arruinado la vida de mi hijo. Cada vez que cierro los ojos me imagino los horrores que le hicieron!”.

Ella es Adriana (nombre protegido), madre de uno de los cinco niños, de entre 6 y 8 años, que sufrieron abuso sexual por parte de cuatro profesores de la Unidad Educativa Réplica Aguirre Abad, de Guayaquil. Los estudiantes afectados identificaron a los agresores en fotografías.

El viernes 13 de octubre la policía arrestó al inspector Máximo M. y al profesor Eduardo B. El viernes 6 del mismo mes detuvieron a Bryan M., profesor de Educación Física. El cuarto maestro implicado está prófugo y en la lista de los más buscados. La Policía da una recompensa de $ 10.000 a quien informe sobre su paradero.

Han pasado más de una semana desde que el caso saliera a la luz pública, luego de que ella fuera la primera en descubrir lo que ocurría y acudió a la Fiscalía a denunciarlo, ya que en el colegio no tuvo la ayuda de la rectora. Lo hizo tras notar una conducta diferente en su hijo, de 7 años, que cursa el tercero básico de la jornada vespertina del plantel.

Ahora las consecuencias empiezan a sentirse. Por un lado está el miedo del menor que se niega a ir a la escuela por el temor a que le vuelvan a ocurrir cosas horribles.

“El profesor le ponía el pene en la boca, se lo ponía atrás, le daba de tomar orine, le tomaba fotos, le daba unos caramelos que eran malos y lo hacían marear”, cuenta entre sollozos la madre viuda, con tres hijos, quien ha tenido que separarse del niño y enviarlo unos días fuera de la ciudad para que se distraiga y pueda olvidar algo de lo ocurrido.

La próxima semana comenzará clases en otro plantel y su madre espera conseguir ayuda psicológica por su cuenta, ya que la prometida por las autoridades todavía no llega.

La vida de Adriana también ha sufrido inesperados cambios después de la triste confesión de su hijo. “No puedo dormir. Cuando cierro los ojos me imagino todo lo que esos perversos profesores le hicieron a mi hijo y a sus compañeros, en el baño de la escuela”, dice la madre, quien tiene miedo de perder su trabajo por los constantes permisos que pide para realizar los trámites que el caso demanda.

Sin embargo, expresa que no cederá aunque eso implique que las visitas a la oficina del abogado y a la Fiscalía se conviertan en parte de su rutina.

Pero no es la única que sigue en la lucha. Además está Luis, abuelo de un menor de 8 años, quien también ha cambiado su comportamiento.

“El niño ha dejado a un lado el fútbol y cuando se mencionan los nombres de ciertos maestros revive la pesadilla ocurrida: las amenazas con cuchillo y que le decían que lo matarían”, comenta, quien está a cargo del niño desde que tenía un mes de nacido y su madre se lo dejó para irse a España. El padre murió.

Hasta el viernes pasado, el niño no iba a la escuela por asistir a entrevistas psicológicas, valoraciones médicas y audiencias; pero desde ayer acude al mismo plantel, pero en la jornada matutina.

“Su conducta ha cambiado, se muestra agresivo. En casa tratamos de consentirlo para que se sienta bien, pero es poco lo que logramos”, confiesa el abuelo preocupado, cuya esposa ha sufrido quebranto en su salud a causa de lo sucedido.

Andrés (nombre protegido) -otro de los padres a quien su hijo le contó que uno de los profesores le tomaba las fotos y se le burlaba mientras que otro le pegaba -no puede contener las lágrimas cuando recuerda el relato. “Mi hijo tiene miedo, no sé si algún día pueda superarlo; en cambio yo he dejado de ir al trabajo porque estoy de un lado a otro buscando quién pueda hacer justicia por todos los niños abusados”.

Hasta ayer, la Fiscalía del Guayas había recogido más de 10 testimonios de niños que coinciden en señalar los abusos de los tres docentes y uno prófugo.

Las estadísticas del Ministerio de Educación revelan que gran parte de los delitos sexuales denunciados entre 2014 y 2017 han sido perpetrados por docentes, son 450 casos. Fánder Falconí, titular de esta cartera de Estado, reconoció que hubo omisiones y negligencia en las autoridades del plantel para atender los casos.

Estos fueron suspendidos de sus cargos.

Marcha y plantón

“No más abuso sexual infantil”, el grito a las calles

Los padres de familia de los niños afectados por el escándalo de la réplica del Aguirre Abad organizan para este sábado 21 de octubre, a las 10:00, una marcha contra los maestros involucrados.

“No más abuso sexual infantil”, es la consigna de la caminata, confirmó a EXPRESO María Pérez, presidenta.

A la cita asistirá una decena de colectivos que, además, presentarán en la plaza San Francisco un manifiesto con propuestas y pedidos al Gobierno, de medidas inmediatas para la protección de las víctimas y para un mejor proceso de selección de maestros.

Postura

El Concejo Cantonal pide garantizar el derecho

El Consejo Cantonal de Protección Integral de Derechos de Guayaquil CCPID-G, ante la presunción de delitos sexuales cometidos contra niños, estudiantes de una unidad educativa de la ciudad demandó ayer en un comunicado a las autoridades e instituciones competentes garantizar el cumplimiento de los derechos de la niñez y adolescencia en todos los procedimientos destinados a su protección. En ese documento expone además que esta situación de hoy podría haberse prevenido si se contara con un sistema de protección debidamente comprometido y articulado.