El presidente de la Cámara de Construcción de Guayaquil habla sobre cuánto ha caído la venta de los materiales de construcción, como consecuencia de la baja de obras y cómo eso afecta en el mercado laboral.

“La venta de cemento bajo 12 %”

La variación del volumen de la construcción fue negativa durante 10 meses del año pasado. La disminución de obras estuvo entre 1,9 y 3,5 %. En el resto del año solo en dos meses fue positivo: abril y septiembre; el breve repunte fue de 0,8 % y 0,2 %, r

¿A corto plazo aumentará el número de empleos en el sector de la construcción?

No creo. Del total de la inversión en una construcción, entre un 30 y un 40 % es el costo de la obra de mano, por lo tanto si no hay financiamiento en nuevos proyectos no hay empleo. Y lo complicado es que nuestros obreros laboran más con su fuerza física y no es fácil que el mercado laboral lo absorba en otros sectores.

¿Qué otros índices pueden demostrar que hay un descenso en construcciones y por lo tanto de empleo en el sector?

En el 2015 la venta de cemento cayó, por primera vez, en 30 años, en un 12 %; la del hierro descendió en un 40 %; la de bloques, un 45 %. En forma general todos los vendedores de materiales de construcción reportaron que sus ventas bajaron significativamente entre un 30 y 50 %, por lo tanto hay menos edificaciones y por lo tanto menos empleo.

Cuando se habla de una disminución de obras ¿se refiere a las públicas o a las privadas?

Son las dos cosas, porque por un lado el Gobierno ha anunciado que va a restringir inversiones en los proyectos, salvo terminar los que empezaron. Y en el privado también. Los promotores empiezan a tener recaudo de empezar un proyecto, porque exista la decisión por parte del comprador para no adquirir una deuda a largo plazo, ya que tiene incertidumbre en cuanto a la sostenibilidad del empleo.

¿Sabe de algún nuevo proyecto, que no se halla ya anunciado, donde los albañiles ya pueden ingresar sus hojas de vida?

Hasta esta entrevista no me he enterado de proyectos nuevos, porque la incertidumbre de compradores es inmensa. Una de las constructoras de casas del país, que vende unidades entre 80.000 y 100.000 dólares reportó que un 70 % de quienes separaron una vivienda han desertado, porque ya no están ganando sobretiempo o comisión o perdieron su empleo. Si en la unidad familiar uno de sus miembros pierde el empleo no se van a endeudar.

¿Cuál es su perspectiva del 2016 y del 2017?

Las perspectivas del 2016 lamentablemente no son buenas, no tenemos razones para creer que la economía del país nos va a permitir recuperar y posesionar por ahora nuevos proyectos. Creemos, incluso, que se va agudizar la situación. Los créditos siguen restringidos, la incertidumbre por parte de la ciudadanía respecto a comprar una vivienda sigue creciendo, la falta de certeza de los promotores para poder emprender proyectos es muy grande. Por lo tanto la situación va a ser más difícil. En cuanto al 2017 aún no tengo un estudio económico al respecto, porque toda la atención está en cómo emprender en este año.