“Sina ira et studio”

“Sin ira y sin parcialidad”. De esta manera el historiador y político romano Tácito, en el siglo I de la era cristiana, manifestaba su declaración de intenciones al escribir sobre la dinastía Julio-Claudia, a la que pertenecieron, entre otros, los emperadores Tiberio, Nerón y Calígula. Este se ha convertido en un principio que rige (o que se supone que rige) hasta la actualidad, tanto a los historiadores como a los periodistas.

Pero, ¿puede haber un relato histórico (o periodístico) imparcial y objetivo? La respuesta es simple: la obligación ética del historiador y del periodista se sustenta en la fidelidad de las fuentes. La selección de los datos, así como la construcción de la realidad que haga a partir de ellos, estará siempre en función de su ideología y de su particular manera de interpretar el mundo. Por tanto, como afirma George Holland Sabine, académico de Filosofía de la Universidad de Cornell en su obra Historia de la teoría política: “la afirmación de imparcialidad es superficial e hipócrita”. Respecto a la supuesta objetividad, ya lo decía el escritor José Bergamín Gutiérrez: "Soy subjetivo, ya que soy sujeto. Si fuese objetivo, entonces sería un objeto".

Cada día leemos cómo un mismo hecho ocurrido recientemente es reconstruido de formas absolutamente diferentes y opuestas según la orientación del medio en el que se publique. Si comprendemos que el periodista cumple el papel de ir construyendo un relato que interpreta el presente y que orienta la opinión de “los públicos”, y que el historiador construye un relato que interpreta el pasado, surge una pregunta clave: ¿para qué sirve la historia? La respuesta nos la dio el sociólogo español José María Maravall, al afirmar: “La historia puede liberarnos no solo de los errores del pasado, sino de los, para nosotros mucho más importantes, errores del presente”.

Más allá de lo afirmado por Tácito y, dado a como va el mundo, no solo que el periodista y el historiador deben asumir que su tarea nunca será imparcial sino que, además, deberán hacerla con rigurosidad, compromiso, pasión e ira.