“Rasgando las vestiduras”

No es pecado escribir malas palabras en los artículos de prensa, más aún viniendo de profesionales de alto nivel académico y social; pero mañana, cuando (siguiendo ese ejemplo) también lo hagan jóvenes periodistas de otra condición, no los vayan a hacer pedazos. Así pasó con la corrupción; antes se la justificó porque tenía su estatus; ahora, cuando los corruptos son de otro grupo, se la condena. Y será lo mismo con la delación; ahora se la aprueba porque es útil, con fines políticos; mañana, cuando se haga costumbre y otros la utilicen contra los hoy fomentadores, ahí será criticada. Lo que sembramos, cosechamos; después, no nos rasguemos las vestiduras.

Miguel Ulloa Paredes