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“El odio y la prepotencia caeran por su propio peso”

¿De qué nos sirven las carreteras si recorremos kilómetros de división entre ecuatorianos? ¿Qué nos dejan los gigantescos hospitales con fachadas maravillosas, si la lista de espera para poder ser atendidos es eterna? ¿De qué nos sirve la comunicación pública si a lo que accedemos es a la lucha de clases? ¿Cómo tener escuelas del Milenio mientras los fondos de los maestros son arrebatados?

Aplausos para el presidente y su equipo por haber triunfado en su tesis de venganza. Les recuerdo que cuando el odio, la división, la prepotencia y la sed de poder están disfrazados de carreteras o edificios, sus cimientos débiles y podridos, caerán por su propio peso.

Daniela Febres-Cordero Buendía