Jornada. Una centena de personas participó en el centro de Guayaquil, en un plantón contra el abuso infantil.

“No mas ninos abusados”

El plantón para rechazar los casos de abuso sexual tuvo la solidaridad de personas y padres cuyos familiares no están involucrados. Los de los afectados no participaron.

“No al abuso sexual de niños”, “Por el respeto total a la niñez”, “Cárcel para los abusadores”. Frases como esas se leían en los carteles que llevaron ayer grupos sociales que participaron en el ‘Plantón por la inocencia’, que se desarrolló en la plaza San Francisco, ubicada en el centro de Guayaquil, para rechazar el abuso sexual infantil.

El plantón fue convocado por más de 20 colectivos en solidaridad con los menores víctimas de abuso en centros educativos y con sus familias.

Al lugar llegaron más de 100 personas, la mayoría vestidas de negro en señal de luto por los niños ultrajados.

Estaban los voceros de los colectivos; pero los grandes ausentes fueron los padres de los menores abusados en la Unidad Educativa Réplica Aguirre Abad, quienes en víspera anunciaron su no participación para impedir “que algunos grupos se aprovechen políticamente de su sufrimiento”, y porque para la organización de la manifestación no se habrían considerado sus opiniones.

A la concentración asistió Carmen Rosales, de 30 años, quien todavía no es madre, pero es hermana y tía de menores. “Por ellos estoy aquí, porque no quiero que vivan el horror que padecen los niños abusados; y en solidaridad con aquellas madres que sufren la pesadilla de saber que sus hijos fueron agredidos y nadie hizo nada para defenderlos”.

Otro padre de familia aprovechó la luz roja del semáforo de la avenida 9 de Octubre y Pedro Carbo, para -con la ayuda de un megáfono- gritar justicia para su hijo que murió hace cinco años, cuando realizaba educación física en un colegio fiscal y no recibió ayuda médica inmediata.

Elsa Vásquez, madre de una estudiante de un colegio militar, también se sumó al plantón. Ella dice que su hija fue violada hace dos años por un profesor, y a pesar de que este fue despedido, su hija no pudo seguir estudiando en el local porque era víctima de bullying de docentes y compañeros que conocían lo que le había sucedido. “Quiero justicia”, dijo entre sollozos.

Las cifras de acoso, abuso sexual y violación en establecimientos educativos del país son alarmantes. El Ministerio de Educación dice que hay 882 casos reportados entre el 2014 y 2017, de los cuales 561 fueron cometidos por personas vinculadas al sistema educativo (maestros, conserjes, personal administrativo, etc.).

Los más recientes son los perpetrados en contra de niños de entre 6 y 8 años del réplica Aguirre Abad, de Guayaquil, por parte de profesores de la secundaria, quienes los encerraban en el baño para manosearlos, tomarles fotografías y obligarlos a tomar orine. Hay tres detenidos y otro está prófugo, y la Policía ofrece $ 10.000 a quien informe su paradero.

A la Fiscalía del Guayas siguen llegando más denuncias de estas características. Mientras que a nivel nacional ya se ha logrado capturar a otros maestros involucrados en casos de abusos y violación.

Entre los pedidos de los grupos sociales que organizaron el plantón está “que trabaje en prevención y en redefinir cómo se aborda la educación sexual, desde los ministerios de Educación y Salud”.

Emilin Aguayo, vocera del colectivo cultural Espacio abierto de ideas, dijo que, además, implementar una rigurosa preselección de docentes, en la que intervengan los padres y las madres, los docentes y la comunidad.

La semana pasada, el ministro de Educación, Fander Falconí, anunció que se aplicarán pruebas psicométricas a todos los maestros del país. En caso de reprobarlas no podrán formar parte del sistema educativo. Sin embargo, no ha explicado cómo se tomarán esas pruebas en un plazo de 45 días, ni quiénes serán los encargados de receptarlas.

En Quito la protesta generó expectativa

Fueron pocas pero se dejaron sentir. En Quito, el plantón para rechazar los abusos sexuales en contra de los menores de edad en el sistema educativo no contó con la concurrencia deseada.

Sin embargo, quienes decidieron unirse a la protesta en la plaza de San Francisco, llamaron la atención de los transeúntes que apoyaron la iniciativa y se comprometieron a unirse en la tarea de proteger mejor a los menores de edad.

Analí Pinto, con un megáfono, leyó las demandas que los colectivos sociales proponen a las autoridades para poner un alto, no solo a los abusos sexuales, sino también al maltrato físico y psicológico que se aplicaría en escuelas y colegios.

El miércoles, también se prevé hacer un nuevo plantón en la capital con la presencia de más personas. “Este es apenas un primer paso”, dijo Pinto.