“Nadie es profeta en su tierra”
Guillermo Peñalosa llegó a Guayaquil. Es un asesor urbanístico y director ejecutivo de la organización 8-80 Cities. Como en todas sus conferencias, su discurso en esta visita giró en torno a problemas urbanos que deben tratarse a nivel mundial, como incrementar el número de árboles, priorizar el transporte público/sostenible/peatonal sobre el vehículo particular, promover espacios públicos inclusivos y sin rejas, entre otros aspectos que permitirán cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible señalados por las Naciones Unidas.
El menú de temas de Peñalosa no debería ser nuevo para el Municipio. Muchos arquitectos y urbanistas locales ya emitieron gritos de alerta. En 2015, cuando se realizó la protesta por la tala de árboles de copa ancha en La Atarazana; en el 2017, cuando se promovió el transporte público fluvial en las páginas de EXPRESO y se recalcó que la ciudad no está diseñada para el peatón; en 2018, cuando se reclamó por elevar las rejas en el Malecón 2000 y se pidió que se retiren progresivamente; y este año, con diversos reportajes que develan la falta de planificación a largo plazo en la movilidad sostenible y el desarrollo urbano.
Por muchos años se escuchó la propaganda nacional de Primero lo Nuestro, en referencia a consumir productos y servicios nacionales para proteger y mejorar la economía. Al parecer esto no era aplicable a los conocimientos técnicos y académicos que muchos urbanistas hemos adquirido luego de posgrados y experiencia profesional. De hecho, el exalcalde Jaime Nebot y el gerente de la ATM nos llamaron seudoespecialistas por criticar eso que Peñalosa vino a recordar, que Guayaquil falla como ciudad sostenible.
¿Y ahora qué queda luego de la visita de un ‘rockstar’ del urbanismo?, ¿el Municipio nos recibirá luego de que nuestras posturas han sido avaladas por un extranjero?, ¿permitirá que participemos directamente en la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial del cantón? Los jóvenes arquitectos y urbanistas queremos trabajar y servir a nuestra ciudad. ¿Nos dejará, alcaldesa?
Luis Alfonso Saltos E