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“Nadie entra a comprar nada cuando se va la luz”

Los frecuentes apagones afectan a los pequeños negocios de la ciudad que no tienen planta. La Corporación Eléctrica culpa a las malas prácticas ciudadanas.

Situación. Los cortes de energía fortuitos provocan pérdidas económicas y de producción a los negocios.

A Vicente Mendoza, administrador de un negocio de venta de yogur y pan de yuca, ubicado en Urdesa, le preocupan los apagones repentinos que suceden en la ciudad.

“Ninguno de los negocios de por aquí tienen planta. Cuando se dan esos apagones, nuestros hornos se apagan y el pan de yuca se desinfla; así no sirve. Nos toca botarlo”, cuenta.

No es el único afectado. En un recorrido realizado por este Diario el temor de las pérdidas en negocios, especialmente los pequeños que no cuentan con generadores, se replica.

Jaqueline Toledo y Orlando Almeida son una pareja de esposos que tiene un negocio de accesorios para vehículos, ubicado en Luque y Esmeraldas, a ellos los apagones les ha pasado una factura más alta.

“Con uno de esos apagones se me dañó la computadora que costó $ 800. Con el del lunes se me dañó un aparato comprobador de focos...Y claro, cuando no hay luz la gente no viene, tampoco hay sistema para hacer facturas, ni nada”, lamenta Toledo.

Quien también siente los estragos de quedarse ‘a oscuras’ es Elsi Cartagena, propietaria de la ‘Pastelería de la 17’. A ella le preocupa la pérdida de ventas y la inseguridad. “Cuando nos quedamos sin luz, la gente prefiere irse a sus casas, no se puede vender. Se retrasan los pedidos. Lo único que nos queda es cerrar dependiendo la hora”, explica.

El corte de suministro eléctrico del lunes pasado, que dañó los artefactos de Toledo, se produjo a causa de una desconexión momentánea y fortuita de la línea de subtransmisión Portete, la cual da servicio a la subestación Garay de Cnel-Gye.

De acuerdo con Mariela Padilla, directora de Comunicación de la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel) el corte se dio por “la mala maniobra de un ciudadano en las calles Colombia y avenida del Ejército, al manipular de manera insegura unos perfiles de aluminio, y hacer contacto con la línea de 69.000 voltios”, explica.

Asimismo, Padilla indica que este tipo de cortes de energía fortuitos no son responsabilidad de CNEL, sino que ocurren a causa de malas prácticas ciudadanas.

Por ello, hace un llamado ciudadano sobre la importancia de realizar sus trabajos con la seguridad que esta demanda a fin de que terceros, en este caso negocios, se vean afectados en sus actividades diarias.

Aunque no solo los negocios, los hogares también son afectados. A Kathya Vargas, moradora del barrio Garay, se le dañó el sistema de cámaras de vigilancia de su bebé y dos televisores tipo plasma de 55 y 32 pulgadas.