Jefe de Operaciones Navales Norte. Más de tres décadas al servicio de la Armada.

“El monopolio de la fuerza no se cede”

Mantiene la caliente frontera norte bajo control.

¿Cómo valora usted el problema del microtráfico?

Realmente los centros de producción siguen siendo los vecinos Colombia y Perú. Ecuador no es sede del narcotráfico por tres razones: es un país pequeño y es altamente denso (la densidad más alta de Sudamérica). Pero el perfil costero es sumamente amplio.

Dicen que Ecuador ya no es un país de paso, sino de acopio para el paso...

Así es. El tema es: el perfil costero, la vegetación, la geografía. Todo eso hace que las organizaciones encaleten la droga y, allí mismo, construyan artefactos de transporte.

¿Hay zonas complicadas?

Tenemos el Golfo de Guayaquil, los archipiélagos del norte (San Lorenzo) y el del sur (Jambelí).

¿Qué tan desafiante resulta?

La Armada del Ecuador ha volcado toda su infraestructura y medios, que eran ideados para la defensa, los hemos adaptado al control de los negocios ilícitos. No hemos cedido el monopolio de la fuerza.

Como en otros países...

Si no se combate a estas organizaciones, estas bandas se vuelven en el Estado. Nosotros no hemos cedido el monopolio de la fuerza como ha sucedido en México o Colombia, a ellos les ha costado mucha sangre y dinero tratar de recuperar ese monopolio.

EXPRESO ha reportado la extensión de las redes del tráfico en la pesca...

En Esmeraldas vivimos de cerca el drama que, ante la debilidad de ganar entre 20 y 70 mil dólares, no miden las consecuencias. Es un drama, cada vez hay menos pescadores porque muchos dicen: si me dedico a esa actividad es mejor que dedicarme a faenas de pesca largas.