Cansancio y tedio de lamentarnos por la mala actuación de la administración de justicia, llegará el momento que no necesitemos a esta clase de gentes que entregan justicia: parcializada, subjetivada, sesgada, parchada, copiada. Con honrosas excepciones desde luego. Es que no puede cambiar por estar compuesta de personas en muchos casos prejuiciadas, llenas de superioridad gratuita y también falta de conocimiento. Si estamos hablando de los jueces lo mismo va con los otros empleados que no hacen su trabajo con esmero, dedicación, responsabilidad.

Lo de siempre no respetan los términos y el debido tratamiento a los procesos. Israel se está caminando a tener jueces robots, por considerar que son más ecuánimes, no se cansan, no llegan estresados por asuntos familiares y por lo tanto pueden repartir justicia igual en todos los tiempos y a todas las personas. Se podría decir que el ser humano necesita de empatía y que los robots no lo tienen, los jueces humanos tampoco lo tienen. El médico que por naturaleza tiene empatía. Sálvese quien pueda es el título del libro de Andrés Oppenheimer, que habla de suplantación de los trabajos por robots y cuáles las profesiones que dejarán de ejercerlas los humanos, debo poner a los de los jueces también.

Abg. Franklin Lituma Manzo