Nelson Izurieta ha trabajado en las mayores obras hidráulicas del país y cualquiera pensaría que, tras cinco décadas de esforzadas jornadas bajo sol, lluvias y avatares de todo tipo, hoy busca probar las mieles del retiro. Cualquiera, pero no él.

“Yo ya tenía que jubilarme hace dos años, pero me llamaron y vine encantado”, cuenta el septuagenario técnico de cabellos blancos, desde la pequeña oficina que comparte con otros profesionales de la Dirección de Riego y Drenajes de la Prefectura del Guayas.

De rostro bonachón, Izurieta es también firme y frontal para hablar, por ejemplo, de la poca capacidad de los noveles ingenieros que ejercen ciertos cargos de responsabilidad; o de la funcionalidad o fracaso de ciertas obras que se han hecho en el país.

“Aquí hay mucha gente que ha estudiado afuera, conozco colegas que a pesar de haberse graduado en ciertas universidades y vienen con sus títulos, inclusive doctorados, pero como profesionales no dan la talla”, comenta.

“Al profesional nacional no le paran bola y eso que está capacitado para hacer muchas cosas”, subraya este pallatangueño que vivió en Quito desde muy pequeño y donde cursó estudios en la Politécnica Nacional del Ecuador.

Con el título de Ingeniero Civil y una maestría en Obras Hidráulicas que hizo luego en la Universidad de los Andes (Venezuela), Izurieta forjó una fructífera carrera que lo ha llevado por casi todo el país a trabajar en proyectos de gran envergadura como el Carrizal-Chone y el Multipropósito Chone; el estudio de factibilidad del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair; la construcción de la Presa de Tahuin; la fiscalización de las presas Chongón, Daule Peripa, entre otros.

A la prefectura del Guayas llegó hace tres años en comisión de servicios, o “en calidad de prestadito”, recuerda, pues él es parte de la nómina del Consejo Provincial del Chimborazo. No es la primera vez que viene a trabajar a Guayaquil, pero hoy sus conocimientos y esfuerzos están enfocados en asesorar en obras y proyectos para evitar las inundaciones en esta región de la patria.

El servir al Guayas y al país, y el compartir experiencias con sus actuales compañeros lo tienen muy satisfecho, admite el técnico al comentar sobre su actual empleo.

“Yo me contento en cada lugar donde llego, soy del campo, me crié hasta los 12 años allí y por eso mi trabajo me gusta, porque me permite servir a la gente más humilde”, subraya Izurieta mientras sus ojos cobran un brillo inusitado.