“Le bajan el perfil mediatico”

Cuando un funcionario cae en corrupción el Estado de propaganda le ‘baja el perfil’ mediático (que no haga más olas). Alejado del escenario, la prensa pasa la página y el espíritu de cuerpo del ‘proyecto político’ facilita la impunidad (‘Comisión de archivo’, etc.). Junto con una campaña de lavado de imagen de la dependencia pública perjudicada. Si es peculado notorio, como en ‘La Majadita’, le cambian el nombre a la entidad (Banco de Fomento - Banecuador).

En las eliminatorias, los comentaristas de medios incautados celebraban que se ‘repotencie’ la obsoleta refinería de Esmeraldas. El Estado de propaganda es un reloj suizo bien sincronizado.

Paul Tapia Goya