Cartas de lectores | Ceguera política al régimen de desarrollo
Este prólogo es para aquellos que tienen su mente abierta: la solución es la bicameralidad
La indecisión es el camino más corto a la equivocación. Imaginemos que en la Asamblea el corazón es la cámara de la democracia y allí circula el parlamento de los asambleístas, que los hay de dos clases: provinciales y nacionales. Por concepto de administración, los provinciales tienen que ver sobre más de 200 cantones denominados GAD, de las 24 provincias, lo que genera en el CNE más de 400 candidatos y viola la consulta popular que aprobó que se vote entre listas, no en plancha. Los GAD deben preocuparse de generar regímenes de desarrollo con las herramientas de administración, que son: planificar, organizar dirigir y controlar, art. 275 de la Constitución: “Esta circulación de asambleístas, dentro del corazón de la democracia, no están separados por requisitos de conocimientos académicos, de 9 a 10 de aprobación continua en un solo periodo de formación académica, que den un orden de régimen geográfico de administración (asambleístas provinciales con los GAD), separados por requisitos de formación educativa de los asambleístas nacionales, que tienen que ver Administración del Control Constitucional, de los Ministerios, De la Contraloría y sus Actores Nacionales, De la Procuraduría y Fiscalía y del Consejo de la Judicatura con sus Actores Nacionales. Y restituimos el resultado en el Régimen de Desarrollo del país que cambiamos la Constitución en un promedio de 10 años. Al estar mezclados los provinciales con los nacionales, se produce el estancamiento de la Administración, los unos empujan hacia adelante y los otros hacia atrás; aparecen los asambleístas bisagras y también el del maletín, y de paso en lo exterior al Gobierno aparecen los representantes del narcocrimen internacional y sus tentáculos. Este prólogo es para aquellos que tienen su mente abierta: la solución es la bicameralidad. Solución: al conformar un senado de adultos estaríamos volviendo al origen del senado como lo concibieron los romanos. Recuperaríamos la idoneidad de tener autoridades de control que administren justicia ágil, trasparente y que nos representen (que políticamente lo podemos lograr con los millones de afiliados al IESS). Y actuaríamos como lo expuso el premio Nobel de Economía, Ec. Friedrich Hayek, y se recuperaría la administración del país y del IESS, Biess. Y se inaugurarían la independencia de poderes y la democracia.
Salvador L. Autheman