“El impulso no es buen consejero”

Aprender a vivir el presente es una parte muy importante en nuestras vidas. El corazón es como un reloj, funciona hasta que en el momento menos pensado este ‘wacho’ nos lastima y secuestra nuestro presente, sin pensar en el futuro cautiverio que nos esperaría la vida.

Vivir el presente es uno de esos momentos de felicidad. Vivimos preocupados por el pasado. Vivimos el presente con culpas y con remordimientos del pasado, generando dosis de angustia, ansiedad e insatisfacción. La impulsividad nunca es buena consejera, dejemos que la vida fluya, saborear cada instante este manjar, hay veces dulces y otras amargas pero es la experiencia de vida.

Javier Valarezo Serrano