Augusto Espinosa, exministro de Educación, presentó una queja de linchamiento mediático contra el periodista Roberto Aguilar, de EXPRESO, porque afirma que este escribió que había ocultado casos, cuando lo que dijo es que conocía la cantidad que denunciaron en la Fiscalía (existen 917 casos de presunto abuso sexual en la Fiscalía que no tuvieron resolución administrativa).

Opinamos que como conocía debió informar al público con el propósito de corregir; se lava las manos cuando responsabiliza a los distritos, pero él era el jefe de todos los jefes y no actuó, estaba en todo y resultó no estar en nada. No cabe el linchamiento mediático porque Aguilar no tuvo la intención dolosa de causar daño; sino de narrar objetivamente reportajes, es decir no difundió nada falso, ambiguo, descontextualizado, espurio, insidioso o inexacto.

Lenín Moreno ofreció reformar la Ley de Comunicación, pero no ha cumplido; no aceptamos que la figura del linchamiento mediático prohíba investigar a un funcionario porque se lo nombraría varias veces. El término linchamiento es inapropiado porque jurídicamente es la forma popular de ejecutar la justicia, aplicando la pena capital, sin esperar el fallo condenatorio.

Lic. César Burgos Flor