Pronto celebraremos un aniversario más de la gesta histórica más importante para nuestra República: la independencia política de la Provincia libre de Guayaquil. Esa provincia llamada también “República de Guayaquil” no era para entonces solo una “ciudad y un río” como maliciosamente se argumentó, pues comprendía los territorios de la Gobernación de Guayaquil en la Colonia. Su extensión territorial abarcaba desde Esmeraldas por el norte hasta Tumbes por el sur; hacia el oeste, el océano Pacífico y; al este, las estribaciones de la cordillera de los Andes; es decir, gran parte del litoral ecuatoriano, abarcaba así las actuales provincias de Guayas, Santa Elena, Manabí, gran parte de Los Ríos, El Oro, Cañar, parte del sur de Esmeraldas y Tumbes en el actual Perú.

Luego de la revolución independetista el lunes 9 de octubre de 1820, varios ayuntamientos se plegaron a la causa de la libertad. Samborondón, Daule y Naranjal. Otras poblaciones siguieron el ejemplo: Portoviejo el 18, Cuenca el 3 de noviembre, Azogues un día después; Riobamba, el 11; Ambato, el 12, etc., lo cual da muestra de la importancia de la fecha para el actual Ecuador.

La historia parece haberse trastocado u olvidado. La provincia ha sido mutilada constantemente. Se desconoce que la independencia no solo fue de una ciudad, sí de un estado. Debe considerarse enseñar la real importancia de la gesta que tendrá tanto o mayor valor que las obras físicas que se realizaren.

Dr. Ricardo López González