“No hay que arriesgar la vida evitando los examenes prostaticos”

Yo no fumo, no tomo, no digo malas palabras. Toda mi vida he sido funcionario público y ahora que me jubilé, a los 64 años, debo contemplar la agonía de mi padre por culpa del machismo, nuestro único factor de riesgo, pues le detectaron cáncer de próstata 4 años atrás. Mi padre dijo que nunca se realizaría un examen prostático, que preferiría morir, y cuando le detectaron el cáncer ya fue demasiado tarde; ahora estamos esperando que el Señor lo recoja, postrado en una cama, padeciendo dolor. Los hombres nos resistimos a que nos hagan este examen, mientras que las mujeres se hacen todo tipo de pruebas médicas para prevenir el cáncer de cuello uterino (Papanicolau) y acuden a controles ginecológicos cuando están embarazadas, con ecos intravaginales y tactos al dar a luz.

Investigué que en Latinoamérica el cáncer de próstata cobra la vida de alrededor de 88.566 personas, y ocupa el primer lugar en cánceres en hombres. Por eso invito a los hombres a ir a los chequeos, que comienzan a los 50 años. Dejemos a un lado el machismo tonto y no arriesguemos la vida. Para evitar este tabú, deben difundirse más campañas contra el cáncer de próstata y naturalizar los chequeos. Las campañas deben ser trimestrales y un esfuerzo en conjunto, ya que los hospitales, el MSP y las organizaciones sanitarias tienen la responsabilidad de dar a conocer en la mayoría de población joven, casos reales, para que puedan prevenir riesgos a futuro y tener mejor calidad de vida.

Carlos Viejo Palma