El domingo 25, la Iglesia celebra la Fiesta de Cristo Rey. En verdad Jesús es rey como lo dijo Él mismo: “Yo soy rey, por eso nací y vine al mundo”.

Digamos con toda el alma: “venga a nosotros tu Reino”. Por nuestra fe sabemos que Cristo vivió también con el mismo cuerpo que asumió en la Encarnación.

Sabemos que resucitó después y que ahora vive como Señor del mundo.

Cuando Cristo inició su predicación en la tierra, no ofrece un programa político, sino que dijo: “haced penitencia porque está cerca el reino de Dios”.

Él nos encarga a nosotros que anunciemos esa “buena nueva” y que pidamos que venga el Reino de Dios y su justicia, también que busquemos lo más necesario: “tener una vida santa”.

El reino de Dios está ya entre nosotros, quiere hechos y no solo palabras, y que nos esforcemos para merecer la salvación.

El reino de los cielos no estamos seguros de alcanzarlo, necesitamos su gracia abundante, y que le entreguemos nuestro corazón, nuestra alma y alegría a ese rey, dando ejemplo con la palabra y la fe que profesamos.

Jesús nos recuerda que el Reino de Dios actúa: Con la fuerza de la Cruz, con el poder de la palabra, con la santidad de La Eucaristía

Y con la ley del amor. Digámosle: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor.

Martha Reclat de Ortiz