“Hago urbanismo y hago arquitectura”, cuenta Daniel Bonilla, con esa sencilla forma de expresarse que tendría un carpintero u orfebre a la hora de comentar a qué se dedican.

Sin poses de ningún tipo, este reconocido arquitecto colombiano, quien sacó su maestría en Diseño Urbano en la Universidad de Oxford, es de aquellos que va por el mundo aportando en lo que pueda con sus conocimientos y contando sus experiencias en estas profesiones.

Bogotano, de 53 años, Bonilla le dice hoy a los ecuatorianos que se tranquilicen ante la crisis que está viviendo su economía en general y su sector inmobiliario en particular. “Estamos sistemáticamente expuestos a los booms y a las recesiones, y es básicamente un proceso natural del capitalismo -explica- lo que pasa es que no hemos sabido entendernos y no hemos sabido prepararnos y casi siempre nos toman desprevenidos”.

Que hay menos trabajo y menos ingresos, sí, pero no todo es malo cuando se presentan las contracciones económicas, considera este arquitecto de cabellos cenizos, pues estas son una oportunidad para que el profesionalismo aflore, para que todo el mundo ponga los cinco sentidos en su trabajo. “Los que son buenos en sus áreas normalmente salen airosos”, certifica.

En cuanto al negocio inmobiliario, Bonilla dice que este sufre cada cierto tiempo porque cuando hay épocas de bonanza todo el mundo se lanza a comprar inmuebles y eso hace que los precios se disparen. Pero él cree que hay otro factor que abona en las crisis: a los gobiernos les cuesta trabajo controlar a la empresa privada, la cual suele ir a un ritmo más acelerado de lo que el mercado impone.

Para Guayaquil, este profesional no tiene sino palabras de admiración, pues cree que se ha convertido en referente en la región en temas de regeneración urbana. Bonilla destaca, por ejemplo, el impacto positivo que han tenido los malecones en la vida de la ciudad y sus habitantes. Es un tema puramente urbano, dice.

Precisamente sobre estos temas de transformación urbanística de nuestras ciudades, Bonilla disertó en el último Congreso de Arquitectura celebrado en Guayaquil hace pocos días.

Como catedrático de algunos centros académicos superiores colombianos, Bonilla pide siempre a sus alumnos dos cosas: pasión y dedicación “porque creo que cualquier profesional, haga lo que haga, dedíquese a lo que se dedique, si lo hace con estos dos ingredientes, tendrá en retribución una buena vida profesional”.