“La esencia de la vida es hacer el bien y no el mal”

Celebramos el día de los difuntos, y de paso sea una buena oportunidad que permita entender que existen seres inhumanos que ya están muertos sin necesidad de que se mueran. ¿Por qué? Porque el hecho de que una persona respire no le garantiza la plenitud de la existencia humana. La inhumanidad de ciertos seres inhumanos que intentan impresionar con calumnias, difamaciones, ofensas y fábulas para desafiar a quienes obramos de la mejor forma. ¿Qué tiene de particular vivir a plenitud? La esencia de una vida bien vivida es vivir haciendo el bien y jamás el mal. Pero ¿De qué depende? Depende de la cercanía de un Dios amoroso y misericordioso que ambiciona la compensación del ser humano.

Eduardo E. Jiménez Macías