Desde 2013, el colombiano Edwin Rincón es gerente de ventas de American Airlines. Mantiene a Ecuador en el cuarto lugar de ventas en la región.

“El empresario ya no viaja en business”

A finales de 2015, e inicios de 2016, usuarios de American Airlines, en Guayaquil, denunciaron retrasos en vuelos.

Las finanzas ecuatorianas atraviesan turbulencias y las aerolíneas no son la excepción.

American Airlines recibió quejas desde Guayaquil. ¿Existe monopolio de la aerolínea?

Es un tema que pasa en cualquier mercado. En Guayaquil estamos desde los 90, otras empresas se fueron por diversos motivos. Guayaquil tiene el aeropuerto más costoso de toda América Latina. Nosotros nos quedamos por un compromiso con los clientes no por monopolio.

¿Cómo norman las tarifas?

No inflamos la tarifa porque eso se presenta y se regula todos los meses en la Dirección General de Aviación Civil. Hay variaciones por criterios de compra, a medida que los vuelos se van llenando cambia el rango.

¿Con qué anticipación compra el ecuatoriano?

El pico de compra es un mes antes. Cuando el ecuatoriano compra, mi avión ya está en un 60 % o 70 % lleno.

¿Guayaquil es atractivo?

Claro, pero desde el año pasado notamos cierto freno. El segmento corporativo de Guayaquil tiene mucho importador por el puerto, y teníamos mucho viajero que originaba en Ecuador, hacía negocios en Estados Unidos y volvía. Por aranceles y otros factores ese viaje cesó. Hoy se mueve más vacacional que corporativo.

¿Cuánto ha decaído el segmento corporativo?

Nuestras cuentas corporativas han caído entre un 14 % o 20 %. La más fuerte es en Guayaquil. Lo que notamos es que muchos viajes no dejaron de hacerse sino que se reducen presupuestos. El empresario ya no viaja en business sino en económico.

¿Cómo luce el mercado del país para American Airlines?

Aunque se ve una merma en el segmento corporativo hay otras oportunidades. Con el vuelo a Dallas, Texas (iniciado en diciembre de 2015) tuvimos un incremento de 30 % porque aumentamos el mercado de vacaciones que es más barato. Eso hace una aerolínea cuando baja la capacidad de compra de los clientes y, además, entran nuevos competidores como Jet Blue. Este año los boletos se están vendiendo, en Guayaquil y Quito, hasta en un 40 % más barato.

¿Las condiciones del sector mejoraron precios para el consumidor final?

Hemos logrado mantener la demanda total bajando los precios. El pasajero termina comprando más porque es más barato.