se aproximan las elecciones seccionales, y con ellas, la obligación ciudadana de valorar el nivel de preparación académica, trayectoria laboral en los sectores público o privado, así como el desempeño ético y moral de los potenciales candidatos.

Debemos mantener presente que quien aspire a una representación de elección popular, debe ser poseedor de bien cimentados principios y valores, mismos que empiezan a desarrollarse desde la cuna, en este caso, sinónimo de familia, entendida como el crisol en donde se funden los mejores sentimientos y virtudes. Al hacerlo, demostraremos que estamos resueltos a defender el diezmado patrimonio del país -que es de todos los ecuatorianos- y a fortalecer una coexistencia digna y armónica de quienes lo habitamos.

En el ámbito local se anuncian ya, nuevas alternativas que buscan alcanzar la alcaldía del cantón Loja, halagüeña posibilidad que mejora el panorama político, dado que esta representación ha venido sufriendo un marcado deterioro que ha provocado el estancamiento y retroceso de las legítimas aspiraciones ciudadanas.

No podemos ni debemos equivocarnos al elegir a aquellos que ya tuvieron oportunidad y defraudaron las expectativas de la comunidad, instaurando atropellos, prepotencia, injusticia y corrupción, y generando además una relación tóxica con el ciudadano, razones más que suficientes para desecharlos de la palestra política.

Leonardo Cueva Piedra