“ La corrupcion en el Ecuador significa una ‘zona de confort’ ”

S in duda alguna, a los ecuatorianos nuestra mente nos dice que queremos un cambio radical para llegar a ser un país ordenado y justo, pero nuestro inconsciente en realidad se revela ante esa posibilidad y entonces caemos en el juego perverso que refleja de modo cotidiano nuestra política: el orden y la ley deben aplicarse en otras naciones, pero a nosotros “ déjenos como estamos “.

Por ello, nuestra política se sustenta en la “simulación”. Creamos leyes y organismos para combatir la corrupción pero nuestras autoridades dejan siempre abierta una puerta de escape para que los corruptos puedan evadir este marco jurídico y permanecer como élite en la impunidad.

Por tanto, podríamos decir que la educación cívica es la única opción para salir de este círculo vicioso de un sistema político que no cumple con las expectativas ciudadanas. A final de cuentas nuestros gobiernos son la otra cara de la sociedad. Sin embargo, señor Director, debemos aceptar que no hay una salida viable mientras el país siga en su “zona de confort” y no caigamos en una crisis que nos obligue a realizar cambios estructurales drásticos. ¡Nuestra política, plena de autoritarismo, es el espejo de nuestra idiosincrasia y la vida cotidiana de nuestra nación!

Eco. Mario Vargas Ochoa