Los organismos internacionales como los gobiernos del mundo y en forma principal de América están muy callados con la hecatombe que sucede en Venezuela, que un grupo de personas apoyado por las bayonetas tenga a todo un pueblo sumido en la desgracia de no poder viajar a cualquier parte, de curarse, de asearse, de comer porque no tiene el cambio universal del dólar.

La Asamblea Nacional opositora no puede hacer frente a la impertinencia de las funciones del Estado que tienen que ser independientes y son sumisas al régimen. Pues ahora se le ha ocurrido a Maduro, posiblemente trasmitido por un pajarito que las dos millones de firmas recogidas para el revocatorio de su mandato son falsas y por lo tanto el único partido de oposición debe desaparecer. A lo mejor esta falsedad fue orquestada por el imperio de Estados Unidos; y, si así lo piensa, lo mejor sería romper relaciones con ese país.

La ley electoral no habla de desaparecer un partido por la supuesta irregularidad. Nadie se la va creer, la oposición tiene cualquier cantidad de votos. Al desaparecer el partido de oposición que es la mayoría en la asamblea, la consecuencia sería destituir a los diputados porque no pertenecen a ningún partido. Al fin la dictadura militar no simulada. La constitución venezolana tiene la revocatoria del mandato presidencial y es una potestad ciudadana legítima como la del gobierno defender lo suyo en el marco constitucional o sea con el voto del pueblo.

Ab. Franklin Lituma Manzo