Gustavo Moscoso junto a dos de sus siete perros.

“Bienvenidos al lugar donde esta mi historia”

El diseñador Gustavo Moscoso nos abrió las puertas de su estancia en Zhullin, a 30 minutos de su querida Cuenca.

A un kilómetro de la pista Cuenca-Azogues está Zhullin, un lugar rodeado de montañas, en que el tiempo pasa sin prisa, se respira aire puro, y el olor a hierba mojada está a la orden del día. Este es el refugio del diseñador Gustavo Moscoso, quien vive en Guayaquil.

EXPRESIONES lo visitó en su quinta, aquella que compró su padre cuando el ahora modisto estaba por nacer. Para él, este rincón tiene una conexión especial, pues se considera un hombre que cree mucho en las energías y valora cada momento vivido. Gustavo lo denomina ‘el jardín secreto’.

Sus amigos, familiares y allegados han disfrutado de reuniones, fiestas y memorables almuerzos, pero también es el espacio en que se refugia no para huir de algo, sino para reencontrarse con su esencia absoluta. “Es un lugar que conoce mi verdadera historia, el Gustavo Moscoso ser humano y punto, sin ningún atributo adicional”.

Cada espacio de esta finca posee un significado especial para el creador de GM. Adora su chimenea, aquella que quema la leña de eucalipto entre copas de champagne y música de aquellas décadas pretéritas (70, 80 y 90), tocada en un equipo para discos de acetato con los que el diseñador vuelve a su niñez

LOS RECUERDOS DE SU PADRE

“Siento a mi papá en este jardín, él está enterrado aquí. Hay miles de recuerdos, desde cambiar el aceite del auto, hasta esos refunfuños del domingo cuando me invitaba a revisar el carro. Ahora sé que me preparaba para la vida. Me acuerdo de las parrilladas, los tres meses de verano en los que no salíamos de aquí. Ahora está a 30 minutos de Cuenca, pero cuando era niño te hacías casi una hora porque se utilizaba la vieja carretera. Entre el bosque aparecían unas luces y eran los amigos de mi viejo que cada viernes lo visitaban para tomarse un trago y llegaban con sus hijos. La regla básica era la espontaneidad, se ponía más agua a la sopa y ya. No había celular, no te conectabas con la tecnología, te conectabas con los seres queridos”.

SABORES, OLORES Y AMORES

La torta de papa de mi mamá, la empanada chilena que hacía mi abuela junto a la torta de mil hojas, que pasaron a mi madre y también las hace mi hermana. Las acelgas y las coles rellenas, los repollos de fondant, los suspiros con manjar, el pan de casa, el pollo al horno de mi vieja hecho sobre sal en grano, sin un ápice de grasa y comido con la mano es lo más rico del mundo. Nuestros perritos Napoleón, Lilo, Nero, Paco, Lola, Tina y Ramón duermen dentro de la casa y los caballos Rain, Bucéfalos, Barrabás, Khadija, Valentina, Hope, Alenú y Alegra también son miembros de nuestra familia, no concebimos la vida sin ellos”.

LA MÚSICA CON SENTIDO

Si algún día usted visita a Gustavo Moscoso, él lo recibirá en su finca con la música con que creció y escucharon sus padres, canciones que van desde las interpretadas por Yuri, José José, Los Cinco Latinos y Julio Iglesias hasta ABBA, Franck Pourcel y Richard Clayderman.

DENTRO Y FUERA DE LAS PASARELAS

“Dentro o fuera de un desfile mi esencia es la misma. Me considero una buena persona, un hombre esforzado que ha conseguido lo que tiene por mérito propio. Cualquier persona que se acerque a mí lo comprobará. Quizás tenga la imagen de alguien distante porque me gusta la estética y la perfección. Lo que le digo a la gente es que se dé el chance de conocer a alguien antes de juzgarlo o hacerse una idea equivocada”.