Largas vacaciones
Una vez más, por intransigencia o desidia de autoridad correspondiente, el año lectivo de la costa será afectado por una extensa vacación. Se desoyó que para compensar el tiempo perdido de febrero se aproveche la oportunidad de iniciar para todos en abril.
Por otro lado, al generarse otra vez en la costa un término de vacaciones tan amplio, volveremos a vivir aquello que ya fue experimentado cuando se atrasó por un mes el inicio del año lectivo; es decir, los alumnos dependiendo de sus edades retornan olvidados de muchas cosas de lo aprendido, vuelven desestimulados y desubicados, teniéndose que, en ocasiones, iniciar el trabajo con ellos dando marcha atrás, no solo en temáticas sino en problemáticas de adaptación, manejo y ritmo de aprendizaje.
Para quienes no están en el oficio, parecería intranscendente el hecho de ingresar en uno u otro mes a clases después de una extrema vacación, pero quienes lo vivimos sabemos que con las nuevas metodologías y con los nuevos modelos de enseñanza, en que la memoria ya no resulta ser protagonista, resulta mucho más complejo el enfrentar el reto de nivelar conocimientos preadquiridos para arrancar con una nueva programación.
Acaso todavía no sea demasiado tarde para autorizar a una institución, que se encuentre lista, el iniciar sus clases en el mes de abril y no convertir esta oportunidad en un privilegio para aquellos que mantienen un modelo particular de enseñanza.
Las largas vacaciones como se llevan entre nosotros, que consisten en desconectarse absolutamente de todo lo que implique construir pensamientos, realmente son un fuerte daño para el proceso de enseñanza-aprendizaje, su ritmo, sus alcances y logros, pues para esto se requiere habituar, sistematizar y orientar con continuidad el proceso.
La desconexión total y absoluta rompe el hilo de ese progresar sobre el uso de las habilidades y destrezas adquiridas, siendo más grave la situación a menor edad del estudiante.
Revéase la medida y ojalá que alguien iluminadamente vuelva a llevar el año lectivo de abril a enero y no de mayo a febrero, como está dispuesto.
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