En el 2016, su facturación alcanzó los $ 782 millones. Para este año se espera crecer en ventas un 17 %

Los lacteos, crema y nata de la diversificacion industrial

Nuevas formas de consumo vienen incentivando su desarrollo. El sector le apuesta a lo light y a lo natural. Para ello invierte constantemente. El reto es hacer frente a la nueva oferta de la compentencia extranjera

Aunque se ven pesados, son bastante ágiles. Largos brazos presumen de sus fortalezas en las nuevas instalaciones de Tonicorp. Son parte de un sistema robotizado que, desde este año, direcciona la producción de hasta 12.000 unidades de helados por hora, versus los 8.000 que la empresa conseguía pocos meses atrás.

Pese a los avatares de estos dos últimos años, con bajas ventas atribuidas a una recesión económica y a regulaciones del mercado, a la industria láctea no se le puede negar un salto cuántico. Su facturación de casi $ 800 millones en el 2016 (un 80 % más que en la última década) y las nuevas inversiones hablan del nivel de despegue que ha venido teniendo este sector que en el país tuvo su inicio en 1949, con procesos incipientes de pasteurización.

Se trata de un desarrollo que ha venido creciendo también a la par de un cambio de hábitos en el consumo que hoy da mayor preferencia a sus derivados como el yogur, queso o postres con lactosa. Para ejemplo están los números: Según el Centro de la Industria Láctea (CIL), solo las ventas de yogur pasaron de $ 40 a $ 125 millones en esta última década.

La industria hoy atraviesa una nueva etapa de diversificación que consiste en ofertar productos mucho más naturales y nutritivos. Jorge Medina, gerente de Tonicorp, admite que estos cambios sobre todo han sido promovidos por la imposición del semáforo en las etiquetas. “Eso es lo que está llevando a un desarrollo de productos que apuntan hacia las nuevas tendencias: la oferta de productos con menos niveles de azúcar y grasa”, dijo.

La planta de Toni, que tras una inversión de $ 97 millones se inauguró la semana pasada, fue diseñada para elevar un 87 % su nivel de capacidad de producción. El plan: incluir una gama de oferta que atienda a este nicho de mercado.

Toni se prepara para este mes lanzar la marca Go, una leche chocolatada que tendrá altos índices de proteínas, así como un yogur natural o griego con menor cantidad de grasas y alto nivel proteico. Igual línea siguen empresas como Alpina que, haciendo un mejor uso de su capacidad instalada, también apuesta por productos saludables.

Margarita Chávez, gerente de Mercadeo, sostiene que Alpina, dueña de las marcas Kiosko, Regeneris y Bongurt, tiene como meta ser un referente en este segmento de mercado, cuya demanda despierta con mayor fuerza. Por ello, dijo, este año lanzaron Finesse, una marca que hasta el momento oferta yogures que contienen aloe vera y cristales de sábila o yogures con frutos rojos. A ello le suma una avena con leche descremada y con 0 % de azúcar añadida.

Para este año, una proyección a mayo realizada por la CIL anticipa una recuperación de la industria, con una producción y ventas que podrían terminar el año con un alza del 17 % al cerrar en $ 920 millones. El mayor crecimiento está proyectado en el segmento de quesos ($ 321 millones).

En este último sector, las inversiones también son parte primordial, sobre todo cuando existe la expectativa de qué pasará en el mercado con la avalancha de quesos que en cinco años se prevé llegará de Europa, sin pagar aranceles. Es el caso del Consorcio Quesero El Salinerito, que agrupa el trabajo de 30 pequeñas cooperativas de producción. Solo el año pasado, dijo Fabián Vargas, director de la firma, se invirtieron $ 4,5 millones para equipar la planta que, entre otras cosas, servirá para sacar adelante la producción de quesos con mayor valor agregado. “Estamos apuntando a producir quesos con una combinación de hierbas tradicionales, propias de acá. Hablamos de albahaca, orégano, jengibre, ají. Esto está teniendo un mercado importante entre consumidores que buscan algo diferente”.

La intención es estar listos para la pelea. No obstante, aclara Vargas, para esto también se requiere de la ayuda estatal, con la creación de mejores políticas que permitan aumentar los niveles de productividad del sector. Pasando por el reto de alcanzar una mayor provisión de leche y por tener más acceso a financiamiento para la adquisición de nuevas tecnologías.

VOCES

“Hay que reconocer que nuevos cambios se han venido dando, sobre todo con la aparición del semáforo. Sucede en industrias como la nuestra”

Jorge Medina, Gerente de Tonicorp

“Lo que se sigue es la tendencia mundial: “menos es más”. En Ecuador, hemos lanzado este año la única marca 100 % light”.

Margarita Chávez, Gerente de Alpina

“Apuntamos a competir en el mercado interno con productos que recuperen lo natural de cada zona. La competencia de Europa será fuerte”.

Fabián Vargas, Director El Salinerito

Comercio

Las ventas externas también se recuperan

De enero a abril de este año, la industria láctea ecuatoriana logró exportar $ 2 millones en valor FOB y 614 toneladas, lo que demuestra una recuperación de las exportaciones que habían sufrido una fuerte caída en el año 2016 (126 toneladas).

Según el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Proecuador), para atender la demanda externa el sector ha debido atravesar diversos procesos de innovación. En ese sentido, dice, se ha trabajado en la elaboración de ciertos alimentos como los quesos en tetrapack que tengan mayor vida útil, las bebidas lácteas de sabores, con otras mezclas como avenas, quinua u otros cereales; quesos con hierbas y especies; quesos propios de la región como el de “Andean Blue y ciertos ítems con menor composición de grasa y libres de lactosa. En general, se señala, son productos diferenciados en calidad y presentación.

Los rubros que más dominan la oferta fueron los envases de leche y nata sin adición de azúcar u otros edulcorantes con $ 1,7 millones en ventas, seguido de la oferta de quesos y requesón.

Según las estadísticas de Proecuador, Colombia sigue siendo el principal mercado de los lácteos ecuatorianos con una participación del 72,7 %. En la lista le siguen otros países como Estados Unidos, con un 22 % y Venezuela, con un 5 %.

Así nació la industria láctea en el país

TODO INICIA CON un MAYOR CONTROL

En el año 1948, el Municipio quiteño hizo un estudio sobre la provisión de leche. Los resultados de un consumo precario promovieron adoptar un proceso de pasteurización.

Nace la primera industria

En 1949 se edifica Inedel, la primera empresa de higienización y pasteurización de leche del país. El fin fue producir leche pasteurizada y los primeros helados industrializados.

Diversificación en marcha

El esfuerzo de trasladar la leche del campo a la ciudad originó una serie de procesos que permitieron que los productos lleguen más saludables y más variados.

Las leches saborizadas

A finales de los 50, Ilesa, una empresa de Cotopaxi, utiliza tecnología holandesa para lanzar novedades al mercado: con ellos surgieron las primeras leches de colores y saborizadas.

Más opción de derivados

En la década de los 60, 70 y 80 inicia una nueva era de industrialización, que pasa por el yogur, la venta de quesos frescos y mantequilla pasteurizada.

Productos más nutritivos

A partir de los 90, empieza la oferta en el mercado de productos que tienen mayor cantidad de nutrientes que emplean leches fermentadas con lactobacilos y biobacterias.