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Señor Director: Frente a la nota “Cabezas honra a la ultraderecha”, publicada en la edición del jueves 8 de noviembre, en la sección Actualidad, me permito formular las siguientes precisiones:

Las relaciones interparlamentarias, que parten de buscar agendas comunes en temas económico-comerciales, productivos y/o sociales, no tienen por qué estar condicionadas a un tinte político ideológico para que sean consideradas adecuadas o no, como parece ser la insinuación del diario de su dirección.

Al contrario, cuando están de por medio los más altos intereses del país, los aspectos del color o tendencia -de izquierda, centro derecha, ultraderecha, conservadora o ultraconservadora- pasan a un segundo plano, más aún en la realidad del siglo XXI, cuando los encasillamientos ideológicos tienden a superarse. Debe tenerse en cuenta que la visita del presidente de la Asamblea de Hungría -legítimo representante del poder parlamentario y elegido según las reglas democráticas imperantes en su país- fue una visita de Estado en la que no cabía, bajo ningún concepto, que la presidencia de la Asamblea expresara opiniones sobre asuntos internos de Hungría.

Lo realmente destacable de la sesión solemne, cumplida para recibir al presidente de la Asamblea húngara, fue el fortalecimiento de las relaciones bilaterales que datan de 1946 y que fueron retomadas en 2015, es decir, hace tres años.

Sobre el despliegue protocolar y de seguridad, este no tuvo nada de diferente al que se otorga a cualquier presidente de la Asamblea o Congreso de otro país; es un procedimiento previsto en los reglamentos de la institución, porque se trató de un acto de la Asamblea Nacional, no de Elizabeth Cabezas Guerrero y, como corresponde, el diario ha de conocer que los privilegios diplomáticos se dispensan a un ciudadano, no por la persona misma, sino por la función que cumple, por la investidura que ostenta, de manera que en esto no puede ni debe haber un ejercicio de afectos o desafectos para la persona que realiza una visita a la Legislatura.

Al presidente del Perú, Martín Vizcarra, se le recibió con los mismos honores que su alto rango merece, públicamente y ante los medios de comunicación. No fue condecorado porque su cargo no es homólogo a la Presidencia de la Asamblea Nacional y, por lo tanto, una eventual consideración le competía a la Presidencia de la República.

Otro hecho que no se menciona es que en su discurso, el presidente de la Asamblea de Hungría anunció el apoyo de su país a la solicitud de Ecuador para que se elimine el visado Schengen que traerá importantes beneficios para el desarrollo productivo, empresarial, turístico, de intercambio estudiantil y demás, así como el incremento del cupo anual de 50 a 75 becas para los jóvenes, en ramas científicas y técnicas que redundarán en beneficio del Ecuador.

Carolina Jaramillo Garcés

Secretaria de Comunicación