Juan Carlos Cassinelli, ministro de Comercio Exterior, se prepara para firmar quizás el acuerdo más importante de su vida. Tras una década de trabajo con el actual Gobierno, a su familia le ha prometido que le dirá adiós a la gestión pública.

Juan Carlos Cassinelli: “A mi sucesor yo si le aconsejaria no desestimar un acuerdo parcial con EE. UU.”

El ministro de Comercio Exterior, a quien se le atribuye el logro de haber concretado un acuerdo con la Unión Europea, es el primer funcionario público que anuncia su retiro antes de que asuma el nuevo Gobierno.

Se muestra complacido por lo logrado, pero también ansioso por lo que se viene. Juan Carlos Cassinelli, ministro de Comercio Exterior, se prepara para firmar quizás el acuerdo más importante de su vida. Tras una década de trabajo con el actual Gobierno, a su familia le ha prometido que le dirá adiós a la gestión pública. Lo hará, dice, dejando un Ministerio en marcha que también incluye ciertas recomendaciones a quien lo sustituya.

- Cuando usted asumió el cargo, destacó que había recibido un Ministerio bastante organizado; luego de casi un año de gestión, ¿cómo lo deja?

- Sí, dije eso porque cuando asumí una de las cosas más gratas fue encontrar un recurso humano técnicamente capacitado y comprometido en impulsar el comercio exterior. Por eso, coordinar todos los esfuerzos no fue tan complicado. Ahora dejamos un Ministerio con importantes logros, entre ellos el acuerdo comercial firmado con la Unión Europea y otros convenios en camino, como el de la negociación con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), el acuerdo con El Salvador, con Nicaragua, Corea del Sur. Nos vamos dejando también un ministerio con muy buenas relaciones con Estados Unidos.

- Pero también se va en momentos clave. El sistema de salvaguardias al producto importado ha empezado a desmontarse; y ahora la gran pregunta es si podremos seguir sosteniendo el equilibrio comercial...

- Sí, sin duda ese será un desafío fundamental en política económica que tendrá el próximo Gobierno. Todo dependerá de la política que adopte el presidente electo, Lenín Moreno, para buscar los mecanismos que permitan precautelar esta balanza de pagos que hoy es positiva. Un elemento a favor es el acuerdo con Europa que en enero de este año ha hecho no solo que nuestros productos ingresen con cero aranceles sino que nuestras exportaciones incrementen un 15 %.

- Pero más allá de eso se tendrá que tomar medidas que sustituyan a las salvaguardias...

- No es que esquive la pregunta, le responderé desde mi ámbito. Y en ese sentido creo que, definitivamente, lo más sustentable para el país, siempre será impulsar las exportaciones no petroleras. Eso significará que tengamos que tomar medidas como el fortalecer incentivos para el sector como el Drawback y obviamente ponernos al día en el cumplimiento de los Certificados de Abono Tributario (CAT), que en su momento sustituyó al Atpdea. Otro de mis consejos es fortalecer a Proecuador, si estamos consiguiendo nuevos mercados debemos tener más oficinas comerciales para aprovechar esas oportunidades.

- La postura es otra. En su momento, este Gobierno defendió que para cuidar la balanza comercial, lo ideal era aplicar las salvaguardias...

- Cuando usted habla de un país dolarizado, el tema no se circunscribe al comercio exterior. Yo hablo de cómo mejorar las exportaciones desde la óptica de comercio exterior, pero si se revisa la economía general esto hay que verlo de forma transversal. Un país dolarizado no puede tener 7, 8 mil millones de dólares de balanza comercial negativa. Es sumamente riesgoso porque cada vez son más los dólares que salen que los que entran. La salvaguardia vista así, tuvo una finalidad.

- ¿Pero era necesario prorrogar su desmantelamiento durante un año? El déficit comercial empezó a revertirse ya en abril del año pasado...

- Creo que todas las medidas en su conjunto valieron la pena. No solo tuvimos un terremoto que nos originó un serio colapso, sino los problemas de liquidez a raíz de la baja en las exportaciones petroleras. Teníamos que cuidar la dolarización.

- Para informar sobre esto comparecerá ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), ¿con qué discurso se presentará?

- Sí, la próxima semana estaré viajando para asistir a una tercera ronda de consultas donde voy a decir que cumplimos. Que hemos empezado el desmantelamiento conforme lo hemos ofrecido. Este es un tema que ha preocupado a países como Estados Unidos, uno de los más impactados con unos 2.000 millones de dólares o más. Entonces con esta eliminación les estaríamos dando un buen mensaje.

- Usted ha mencionado justamente que deja un Ministerio que ha podido consolidar las relaciones con EE. UU. ¿Qué se ha hecho para evitar perder las preferencias que caducan en diciembre?

- El SGP es una preocupación general. No de ahora, la hemos tenido siempre. Yo personalmente he mantenido acercamientos con autoridades en Washington para hablar de este tema y también para pedir nuevas preferencias para cuatro productos (alcachofa, brócoli, flores cortadas y atún). Estoy solicitando nuevas citas, pero en esta negociación sí hay circunstancias que me preocupan. Espero certezas.

- ¿Qué le inquieta?

- Lo primero es que soy un ministro saliente, así que quisiera ir a Estados Unidos con quien me va suceder para dejar establecida la vía del diálogo. Lo segundo es el que aún hay que esperar a que se posesione al nuevo director de Comercio de los Estados Unidos para el Hemisferio Occidental (USTR). Eso, según nos indican, se haría luego del 28 de abril. Pero lo que hay que tener claro es que la relación con Estados Unidos está en su mejor momento. Lo del SGP no es un tema solo con Ecuador.

- Y qué hay de la posibilidad de firmar un acuerdo de más largo alcance con EE. UU. ¿Haría esta recomendación a su sucesor?

- No es el momento de hablar de un Tratado de Libre Comercio. Ni nosotros deberíamos ponerlo en la mesa y estoy seguro que Estados Unidos tampoco querrá. Pero eso no quiere decir que no podamos tener un acuerdo comercial de alcance parcial sobre determinados productos, precautelando a ciertos productos nacionales.

- ¿Será su recomendación?

- Sí, es lo que yo le aconsejaría, directamente. Así como hemos logrado convenios con El Salvador y Nicaragua no deberíamos desestimar también uno con Estados Unidos.

- Convenios o acuerdos...

- Sí. Lo que pasa es que hay palabras satanizadas aquí: Acuerdo, tratados. Pero yo tengo acuerdos con muchos países, pero de alcance parcial. Ahora en política de comercio exterior, la eficiencia de un país no se mide por la cantidad de acuerdos que tenga, sino por el contenido de ellos.

- ¿Que faltó hacer en este año de gestión?

- La materia de comercio exterior es dinámica, siempre hay algo que hacer, en agenda hay muchas cosas. A mí lo que me preocupa es dejar trasladada la continuidad. Esto no es un tema solo de exportar, hay temas fitosanitarios, hay una relación interinstitucional que la hemos manejado muy bien. Por lo tanto, yo no acuso alguna falta de algo. Pero sí, siempre es más lo que se puede hacer.

- Usted anuncia su retiro, pero si el próximo Gobierno requiere de sus servicios en algún área económica, ¿aceptaría?

- Yo primero me sentiría honrado de poder colaborar con Lenín Moreno, una persona de gran capacidad y talante para dirigir el país, pero mi decisión de retirarme pasa por un tema estrictamente familiar. Tengo el compromiso con mi familia, de hacer un ‘break’, de hacer una pausa, de buscar y regresar a mi actividad privada como abogado de profesión. Tengo un acuerdo familiar y yo respeto los acuerdos.