Reconocimiento. La hija del tenor Hernán Tamayo, ‘Ana Passeri’ (i), obtuvo el primer lugar en el concurso.

Jovenes le cantan al amor en el concurso de pasillo

En el Museo de la Música Popular Julio Jaramillo se realizó la premiación del certamen que busca incentivar a los jóvenes a la creación de nuevas composiciones para fortalecer la identidad musical en el género pasillo, explicó la directora de la instit

Fue una madrugada, hace como año y medio, cuando a Ana María Tamayo (‘Ana Passeri’) le llegó una melodía a su cabeza y enseguida acompañó el verso. En ese momento sintió la necesidad de levantarse y sentada frente al piano empezó a escribir. Y salió ‘Tu voz’, la canción que dedicó a su padre y que ayer fue premiada como la mejor de entre las 32 presentadas en el segundo concurso nacional para jóvenes compositores del pasillo ecuatoriano.

Para el jurado calificador esta canción destacó por su belleza melódica y la calidad poética de la letra.

En el Museo de la Música Popular Julio Jaramillo se realizó la premiación del certamen que busca incentivar a los jóvenes a la creación de nuevas composiciones para fortalecer la identidad musical en el género pasillo, explicó la directora de la institución, Jenny Estrada.

El maestro Édgar Palacios, quien fue parte del jurado, destacó de los participantes la calidad de las propuestas musicales y el trabajo que efectúa el Museo de la Música Popular como un semillero de nuevos talentos.

Con un estilo juvenil, hermosa línea melódica y creatividad armónica, la pieza ‘Corazón pendiente’, de Andrés Tufiño, obtuvo el segundo lugar. La inspiración de esta canción le llegó al autor en medio de una crisis sentimental. Algo parecido a lo que le sucedió a Cosme Chalén, quien obtuvo el tercer premio con su tema ‘Tu ausencia’, inspirado en un examor.

Además de los tres primeros lugares que recibieron un incentivo económico, se hizo entrega de diplomas a seis finalistas. De ellos, los tres primeros fueron el pasillo ‘Beso sin adiós’ (música de Paul Klein y letra de José Montalván), ‘Tu recuerdo está en mi sangre’ (de Carlos Almeida) y ‘Guayaquil de mis recuerdos’ (de Arturo Sevilla).