Betancourt anhela que el Bayern de Múnich levante la Champions. No así Michael Arroyo, hincha del Real Madrid. Ambos apostaron $ 100 al ganador de la serie. A Beta no lo amilana la derrota, sabe que “la llave está abierta”.

Jonathan Betancourt: “Se tiene que salir con el cuchillo entre los dientes y no perder”

Jonathan Enrique Betancourt Mina recibió a EXPRESO en su hogar y habló del choque del domingo, cómo se vive en la piel de un liguista y lo que lo atrajo a llegar al Ídolo, por encima de propuestas mexicanas y otra de Guayaquil.

Ironías del fútbol. El año anterior se vistió de blanco, pero durante las próximas cuatro temporadas defenderá la divisa de Barcelona. Jonathan Enrique Betancourt Mina recibió a EXPRESO en su hogar y habló del choque del domingo, cómo se vive en la piel de un liguista y lo que lo atrajo a llegar al Ídolo, por encima de propuestas mexicanas y otra de Guayaquil. Se cataloga como un amante del fútbol (su candidato en la Champions League es el Bayern de Múnich) y cree que dar el salto al balompié de Europa lo ayudó a madurar y entender el profesionalismo de esta carrera.

- ¿Cómo inicia ese romance con el fútbol?

-Empecé a jugar desde los 10 años, porque tengo familiares que juegan. Mi abuela me regaló un balón y me iba a muchos lados chiquito. Me gustaba y a los 13 años salí a probarme. Fui a Quito, a Liga y me aceptaron, pero ellos no me podían dar todas las facilidades (casa y estudios) que buscaba, igual en El Nacional. Luego me fui a Espoli y sí me las podían brindar.

- ¿Viajó en solitario?

-Tenía un primo que jugaba y fue con quien inició todo. Yo estaba de vacaciones y me dijo “Vamos a probarnos a ver qué pasa”. Él alimentó este sueño de futbolista. Salí pequeño de mi casa, tenía ese miedo de qué podía pasar conmigo. Pensaba qué iba a hacer.

- ¿Como quién soñaba ser?

- A esa edad vi a Ronaldinho y me enamoré del juego de él. Se convirtió en ídolo.

- Todos tienen un equipo internacional en el que anhelan jugar. ¿Dónde se veia??

- Siempre ha sido el Manchester City, es el equipo de mis sueños. Siempre.

- ¿Cuándo se da ese gran paso en su carrera?

-Fue cuando salí de Espoli y viajé a Europa. Cambié mucho, regresé como otro jugador, mucho más maduro. Claro que con muchas deficiencias y cosas que aprender, pero totalmente diferente. En inferiores de allá aprendí mucho más que a nivel profesional acá.

- ¿Cómo le ayudó esa experiencia en Europa?

- Marcó mi carrera; más que como futbolista, como persona. No solo crean jugadores, sino personas y profesionales. Aprendí a comer, vestirme, convivir, conocer mi cuerpo, descansar, que acá se aprende cuando se es mayor.

- ¿Fue injusto el descenso en 2016 con Aucas?

-Sí, porque teníamos muy buen equipo. Comenzamos bien, teníamos una cantidad de buenos futbolistas. No merecíamos descender. Delfín parecía el candidato y terminamos bajando nosotros.

- ¿En 2017 quiénes tocaron la puerta?

-Ese año solo Liga de Quito.

- ¿Qué tal el año en Liga?

- La gente lo vio mal porque no peleamos nada. Si hubiéramos ganado algo, habría sido diferente. Me encantó estar en Liga, más allá de los inconvenientes.

- ¿Por qué se da su salida de Liga de Quito?

- No puedo hablar de eso, pero eso del vidrio del carro es todo mentira.

- Le tocó jugar contra Barcelona en Casa Blanca el año anterior. ¿Cómo se vive esa previa en el camerino albo, qué se dice?

- Esos son partidos que no se pueden perder. De hecho, en ambos lados. Tienes que salir con el cuchillo entre los dientes y no perderlo. No se siente una presión como tal, pero sí tienes que estar metido y saber que es un partido difícil y hay que salir a ganarlo como sea. Sobre todo estando en el lado de Liga, por todo lo que ha pasado (el invicto en su estadio).

- Si llegara a marcarle a Liga, ¿lo celebraría?

- No. Tengo mucho respeto por la oportunidad que me dieron.

- ¿Qué tal Hernán Barcos de compañero?

- Yo lo considero un gran jugador. No todos los días se ve uno de esa calidad en el país, de mucha categoría. Maneja bien al grupo como capitán y referente.

- Hoy los de Barcelona son sus compañeros, pero el año anterior fueron rivales.

- (Ríe) Nos peleábamos con Pedro (Pablo Velasco) o con Darío (Aimar). Ahora lo hablamos acá y nos reímos. Son cosas lindas que deja el fútbol.

- Y en el mercado 2018, ¿qué equipos le llamaron?

- Este año hubo varias propuestas del fútbol de México, de Emelec. Pero con mi representante nos decidimos por Barcelona porque nos pareció la mejor propuesta. Es un reto lindo, un gran club y estoy con grandes jugadores.

- En la Noche Amarilla cuando se escuchó su nombre por el altavoz, recibió una lluvia de aplausos. ¿Qué sintió?

- La verdad, fue inolvidable que llegando a un club tan grande como Barcelona te reciban de esa manera y es algo que nunca se olvida.

- Tiene cuatro años de contrato con Barcelona. ¿Desespera no jugar, o lo toma con calma?

- Como todos, quiero jugar siempre, pero el DT toma las decisiones y hay que aceptarlas. Hay que seguir trabajando hasta tener la oportunidad. Todos los jugadores son importantes, estén o no en el once. Todos los que formamos Barcelona debemos desearle lo mejor al compañero.

- La asistencia ante Guayaquil City y su celebración.

- (Ríe) Fue la calentura del partido, uno quiere entrar a ayudar al equipo al minuto que sea y eso lo he venido aprendiendo. No me gustaba entrar en los últimos minutos y me mentalicé en mejorar eso. Gracias a Dios pude dar la asistencia para tres puntos importantes.

- ¿En qué parte del campo se sientes más cómodo?

- Por izquierda, volante. Pero no tengo ningún problema en jugar por el centro o por derecha.

- ¿Sienten que son el gran candidato al título?

- No, todavía no. Es nuestro objetivo, pero falta mucho campeonato, esto es partido a partido, hay que trabajar aún.

- El gol de su vida.

- El de la Noche Blanca (a Deportivo Cali) me encantó.

- El gol que quieres hacer.

- Me gustaría hacer uno detrás de la mitad de la cancha.

- Un DT: ¿Munúa o Almada?

- Ahí me complicaste. Los dos son grandes DT, con los dos aprendí mucho.

- ¿Quito o Guayaquil?

- Quito. Me gusta más la Sierra, el frío. Pero me siento muy bien en Guayaquil.

- Un delantero: ¿Hernán Barcos o Juan Ignacio Dinenno?

- (Ríe) Los dos son grandes jugadores y flacos. Los dos flacos son grandes.

- A quién es más difícil dejar en el camino: ¿a Horacio Salaberry o a Darío Aimar?

- Me estás complicando con esas preguntas, hermano (ríe). A los dos me los he llevado.