Un jeep de madera es la atracción en Puerto López

Un jeep de madera es la atraccion en Puerto Lopez

Cuatro delgadas llantas sostienen un peso de casi 800 kilos de lo que es un auto tipo jeep de madera, con capacidad para cinco personas. A este peculiar carro se lo ve circular por las calles de Puerto López. Su creador: un humilde ebanista del barrio

Cuatro delgadas llantas sostienen un peso de casi 800 kilos de lo que es un auto tipo jeep de madera, con capacidad para cinco personas. A este peculiar carro se lo ve circular por las calles de Puerto López. Su creador: un humilde ebanista del barrio María Inmaculada Concepción, en el sector Bellavista de ese cantón manabita.

Mauricio Guillem, de 47 años, dueño y diseñador del vehículo, cuenta que la idea nació hace un año ante su difícil situación económica. No contaba con ingresos suficientes para comprarse una mototaxi.

Al ver el llamativo automotor muchos piensan que es un transporte más para el traslado de los extranjeros que llegan a Puerto López, pero no es así. Guillem solo lo utiliza para realizar compras, salir a pasear con su familia y otras necesidades de su hogar.

“Este carro no cuenta con matrícula alguna. Como ves, está sin placas. A Dios gracias la policía aquí no nos molesta y solo recorre lo que es el cantón. Cuando los extranjeros lo ven, me paran para tomarse fotos y no puedo darle una vuelta porque no quiero problemas con los de las mototaxis”, indica Mauricio.

El dueño de este singular vehículo recuerda que hace un año su sueño era tener una mototaxi para trabajar y movilizar a su familia, pero no contaba con los 4.000 dólares que demandaba su compra.

Entonces surgió la idea de construir su propio transporte y se las ingenió con sus conocimientos de ebanistería. Dice que debió invertir solo $ 1.500.

Construir el vehículo le tomó seis meses. Para la carrocería utilizó madera teca y de contrachapado marino.

Guillem acondicionó un motor de una motocicleta de 250 cc, que consume cuatro litros de gasolina a la semana. Los neumáticos son pequeños y frágiles.

Cuando Mauricio realizaba un recorrido por la zona del Malecón del cantón, un grupo de canadienses solicitó al hombre que los llevara a un paseo por la zona turística. El propietario del jeep les dio el aventón sin cobrarles un centavo.

“Muy bonito el vehículo. Se siente muy cómodo. Nos llamó la atención el diseño y nos trasladó a la serie de Los Picapiedras”, comentó entre risas Johnson Williams, uno de los extranjeros.