
La ingrata ciudad que olvido a sus mayores
Vecinos de La Puntilla proponen adecuar la zona para facilitar su acceso. Faltan rampas, aceras anchas y puentes peatonales.
Sacar dinero de un cajero, entrar a una tienda o dar un simple paseo por los alrededores de la vía Samborondón son actos cotidianos que suponen un gran esfuerzo para Martha Rubira, de 81 años, y los miles de adultos mayores que viven en la zona. Rubira vive en Entre Ríos, se moviliza en una silla de ruedas. Y trasladarse de su hogar a los centros comerciales Bocca, Río Centro o Village Plaza, separados por no más de cuatro o cinco cuadras, es todo un calvario.
“Si no me acompaña mi hijo o alguno de mis nietos, prácticamente no podría salir. La parroquia urbana La Puntilla no fue construida para nosotros, tiene muchas ‘trampas’”. Las pocas rampas que existen, dice, o son muy empinadas o son resbaladizas: no te permiten frenar; las aceras son angostas, hay mobiliar urbano (columnas, postes, plantas que no pueden ser trasplantadas) en la mitad de las aceras, los escalones de las veredas son demasiado altos o estas a su vez no son continuas.
Martha, por ejemplo, necesita hacer una pausa cada vez que llega a la esquina de la iglesia Santa Teresita, donde la vereda se corta al girar a la izquierda. “A mi familia le toca entonces bajarme a la calle para continuar el recorrido, voy en contravía y con miedo a que me puedan atropellar”. En la vía solo entre enero y junio fueron atropelladas siete personas.
Sin embargo, el tema es aún más complejo para aquellos que se movilizan en andador o pueden caminar a medias. Si un alma caritativa no los ayuda a descender, se dan la vuelta y se van.
“No es victimismo, a veces nos toca hacer un paseo en vano. Quedarte parado a expensas de que alguien pase te hace sentir inútil, me costó acostumbrarme. Con el tiempo entendí que la culpa era de las autoridades y la misma sociedad que construyó un sector, decenas de servicios, que nos han privado del derecho a llegar y acceder”, agrega José Amores, residente de La Puntilla.
Por todas estas realidades, a las que se suma el hecho de no poder ingresar -por sus infraestructuras- a un elevado número de comercios, restaurantes y lugares de entretenimiento como el cine o el teatro, hace un par de semanas la fundadora del centro recreativo para el adulto mayor Novavida, Belén Bonnard, especialista en accesibilidad universal, lanzó en redes sociales la campaña Ciudades para todos, que busca mejorar la accesibilidad del adulto mayor en esta zona. Y que a la fecha ha sido ya apoyada por decenas de moradores de las urbanizaciones Maralago, Pórtico del Río, La Puntilla, Camino del Río, entre otras.
En la iniciativa Bonnard, que en los próximos días le presentará una propuesta al alcalde de Samborondón sobre cómo debe ser la ciudad ideal para el adulto, propone agrandar las aceras que no tienen el ancho adecuado para las sillas de ruedas (lo ideal es que midan entre 1,50 y 1,80 metros), reconstruir ciertas pendientes, crear más espacios de parqueos para personas con discapacidad en las plazas comerciales y nivelar los adoquines que están colocados de forma irregular.
“Quienes tienen dificultad para caminar levantan sus pies en promedio apenas cuatro milímetros..., que un adoquín esté mal colocado, que una rampa esté mal hecha, que la misma calle esté llena de baches –que por más pequeños que sean, para ellos son socavones- entonces los harán caer”.
El proyecto asimismo se dirigirá a las tiendas. Solo en la plaza comercial Los Arcos, por ejemplo, algunos establecimientos, incluidas las farmacias, tienen dos o tres escalones más o menos altos que les impiden el acceso.
“Nos gustaría que nos faciliten el paso hacia la vía de al frente, no necesariamente con puentes peatonales, sino con más organización”. Quitando esos minúsculos bordillos, matiza Nancy Triviño, de 84 años, que les impiden llegar a su destino o caminar incluso por los exteriores y a lo largo de las ciudadelas.
En los próximos días, Bonnard grabará la jornada de algunos adultos mayores para comprobar cómo es vivir y movilizarse en el sector. “La idea es llevar el vídeo al alcalde a fin de que él perciba las ‘trampas’ que no le permiten a este grupo de personas llevar su vida con cierta normalidad”.
SOPORTE
Pasos peatonales a la vista
Con el fin de facilitar el acceso en ciertas zonas, en la vía Samborondón se prevén construir tres pasos peatonales. A la fecha se está construyendo el primero, a la altura del km 10 de la avenida. La estructura será de 70 metros lineales y tendrá ascensor para dar facilidades a las personas con discapacidad.
Otro de los puntos en los que se analiza construir una obra similar es a la altura de la Parrilla del Ñato, en el km 2,5.