El impulso extra: La familia

El impulso extra: La familia

Independiente del Valle buscará esta noche la gloria continental. Llegó la hora de la ansiada final de la Copa Libertadores de América, en la que los ecuatorianos buscarán romper su historia.

No lo harán solos. A la distancia contarán con el apoyo de todo un país. Y de cerca, tendrán el respaldo de las personas que más aman. Sus familiares estarán en los graderíos del estadio Atanasio Girardot.

La tarde de ayer arribaron a Medellín las esposas de Júnior Sornoza, Dixon Arroyo, Julio Angulo, José Angulo y Jefferson Orejuela.

Liceth Casanova, esposa de Sornoza, viajó también con el hijo de ambos, Matías, de dos años. Ella se mostraba muy segura de que esta noche el cuadro rayado dará la vuelta olímpica. “Hay mucha confianza. Ya verá”, anticipó a EXPRESO. Ella está esperando el segundo hijo de Júnior y por ello se siente doblemente bendecida.

Marián Jiménez, esposa de José Angulo, también está embarazada de seis meses. Ella espera un varón. Llevará el nombre de su padre. Bromeando, dice que el niño será mejor delantero.

Samira Benítez (Julio Angulo), Claudia Bastidas (Dixon Arroyo) y María Cedeño (Jefferson Orejuela) completaban el grupo de las esposas de los futbolistas.

Es la primera vez que viajan en grupo para apoyar al equipo en el exterior. Más allá de ser una final, se animaron porque el viaje era corto. Principalmente Casanova y Jiménez, por su estado de gestación.

Arturo Mina no contará con el apoyo de su esposa Maura. Ella tuvo que viajar a Río Verde, Esmeraldas, para asistir a la misa de recuerdo de su tío Marcel, fallecido hace un año. Toda la familia iba a reunirse allá para, tras la misa, apoyar al equipo por televisión.

Jefferson Castillo, sobrino político de Arturo Mina y su primo Kevin Ortiz fueron los únicos que viajaron a Medellín. Llevaron un cartel con la leyenda “Arturo Mina, Río Verde te apoya”.

El viaje de ambos fue pagado por el defensa del Independiente del Valle. “En primera instancia íbamos a venir 15 en los carros de Arturo, pero el compromiso familiar hizo que la mayoría se quede en Río Verde” contó Jefferson Castillo.