Iguanas vs. palomas

La iguana es un animal de larga cola que, como reptil y por su tamaño, parece ubicarse entre la lagartija y el lagarto. Por su presencia en lugares estratégicos de la urbe se ha convertido en una suerte de ícono del Puerto. No en vano se ha levantado una grande y colorida estatua en su honor en el centro comercial Aventura Plaza, sito al final de la avenida de Las Monjas. Y el parque que en sus inicios fue bautizado con un apellido, Seminario, del filántropo que donó el terreno para levantar ese espacio verde, es poco conocido por esa denominación, ya que la mayoría de los guayacos lo llaman “el parque de las iguanas”.

Costumbre se ha hecho que los turistas sean llevados a este parque para que admiren la interesante variedad zoológica de este entorno tropical, en donde en un miniterritorio conviven iguanas, palomas, pequeñas tortugas y los peces que se desplazan al fondo del estanque que allí existe. Y en los fines de semana, sobre todo, los padres de familia llevan a sus pequeños vástagos para que, al comprometerse con esta mágica presencia animal, establezcan una comunicación con las criaturas zoológicas, alimentándolas con migajas de pan o galletas y con esos granos que sirven como semillas en el reino vegetal.

Sin embargo, lo que debía ser una cordial coexistencia entre los reptiles que se arrastran y las aves que vuelan se ha convertido, según los oficiosos y preocupados veterinarios que también acuden al lugar con fines de protección de las especies, ahora resulta un peligro en contra de las iguanas. Y ello porque las palomas, que son el viejo símbolo de la siempre amenazada paz, de cierta manera atentan contra la sobrevivencia de sus lejanos parientes de piel dura.

El caso es que los granos y migajas que los visitantes, sobre todo niños, echan sobre el suelo para alimentar a unos y a otros es consumido con mayor rapidez por los animales que usan graciosa pero ávidamente sus picos. Además, las heces fecales de las palomas, que a veces son probadas por los reptiles, tienen bacterias que atentan contra la salud de las iguanas que, además, al perder peso por la falta de comida están más expuestas a adquirir enfermedades que podrían poner en peligro a su vieja especie.