Igualdad de genero y sus datos

Uno de los puntos clave de la agenda de la reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana, será evaluar el progreso global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hoja de ruta de consenso de la ONU para resolver los mayores desafíos del mundo para 2030. Formé parte del equipo de la ONU que contribuyó a crear los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que precedieron a los ODS. Cuando concluyeron en 2015, habían impulsado algunos de los avances más rápidos y amplios que el mundo hubiera visto en salud y desarrollo global, y allanaron el camino para los ODS. El compromiso mostrado por la comunidad mundial para mantener el programa de desarrollo pos-2015 resulta alentador, pero sin un enfoque más intencional y basado en datos sobre las necesidades de las mujeres y niñas en particular, se verá resentido el progreso hacia un amplio espectro de objetivos. Si no logramos igualdad de género universal, no alcanzaremos muchos de los demás objetivos, desde terminar con la pobreza hasta garantizar la buena salud. La Fundación Bill y Melinda Gates creó una iniciativa de tres años y 80 millones de dólares para contribuir a llenar esos vacíos críticos, que generará datos más confiables que puedan mejorar el diseño y la focalización de los programas y las intervenciones de políticas. Como parte de ese esfuerzo, recientemente la fundación creó fondo colaborativo de $10 millones con ONU Mujeres para ayudar a los países a mejorar la calidad de datos específicos de género que recopilan, y también da apoyo a Equal Measures 2030, iniciativa para capacitar a defensores y grupos de la sociedad civil con evidencia fácil de usar para evaluar el progreso hacia los objetivos y mantener en el buen camino los ODS para mujeres y niñas. El empoderamiento de mujeres y niñas puede avanzar más rápido. Por ejemplo, cuando las niñas asisten a la escuela secundaria (ODS 4) las probabilidades de que se casen siendo menores son hasta seis veces inferiores. Y las mayores tasas de alfabetización entre las adolescentes están asociadas con menores índices de embarazo adolescente y mejor salud (ODS 3). De la misma forma, las mujeres son mucho más propensas que los hombres a invertir sus excedentes de ingresos en mejorar la vida de sus hijos, y cuando tienen acceso a servicios financieros básicos, como cuentas de crédito y de ahorro, esto les permite iniciar negocios y ahorrar dinero para artículos de primera necesidad de su familia. Asimismo, reducir la brecha de género en la agricultura podría tener un impacto aún más profundo en las familias y la productividad en el mundo en desarrollo. Los estudios demuestran que otorgar a las mujeres más poder de decisión sobre activos productivos tiene el potencial de aumentar los rendimientos agrícolas en más del 20 %, lo cual es esencial para “poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todas partes” en 2030 (ODS 1). Cuando eliminamos las barreras que afectan a los más vulnerables de la sociedad, los resultados son transformadores. Mas, para lograrlo, los donantes, los socios para el desarrollo, los gobiernos y el sector privado deben invertir en más y mejores datos clasificados por edad y sexo. Esto permitirá que los programas se adecúen a las necesidades de mujeres y niñas de todo el mundo.